Cada 20 de noviembre desde el año 1999, las personas trans recuerdamos a las personas trans que han sido asesinadas. Es el Transgender Day Of Remembrance (TDOR), o Día del Recuerdo Trans.
En el momento de escribir estas lineas, Europa entera se encuentra trastornada por los atentados del 13 de noviembre en París. Mientras que el 11 de noviembre Reino Unido celebraba el aniversario del fin de la II Guerra Mundial, dos días más tarde, una masacre en el corazón del continente hacía despertar a todos los europeos de la ilusión de paz y prosperidad en la que, una y otra vez nos empeñamos en sumirnos.
Los atentados de París nos han hecho volver la vista a Siria, donde las matanzas indiscriminadas son rutina, y que nos ha estado enviando refugiados por miles que huyen de un espanto del que los atentados franceses no han sido más que una muestra de aperitivo. Nos ha recordado que miles de esos refugiados han estado muriendo ahogados en las aguas del mediterraneo. Nos ha recordado las guerras en Oriente Medio que los intereses de los gobiernos occidentales, de un modo u otro, están propiciando, mientras nosotros dormimos y soñamos con una paz y una prosperidad que cada vez son menores incluso dentro de nuestras fronteras, azotadas por la «crisis» y los recortes en bienestar social que han venido produciéndose con esa excusa.
Sin embargo, los cientos de muertes de mujeres trans asesinadas cada año, continúan olvidados.
Por eso, cada 20 de noviembre desde el año 1999, las personas trans recuerdamos a las personas trans que han sido asesinadas, para preservar su memoria, para guardar sus nombres en nuestros corazones, para intentar decir al mundo que a nosotras también nos están matando. Para decir que nuestras vidas, y las vidas de nuestras compañeras negras, pobres, inmigrantes, putas, activistas visibles… también importan. Es el Transgender Day Of Remembrance (TDOR), o Día del Recuerdo Trans.
Este año, el Observatorio de Personas Trans Asesinadas (TMM por sus siglas en inglés) ha informado de 271 asesinatos de personas trans. De mujeres trans. Muchas otras habrán sido asesinadas sin que nadie haya informado de ello. El día 20 de noviembre, como cada año, las personas trans recordamos a nuestras compañeras asesinadas y tratamos de que sus nombres no queden en el olvido.
Este año, en la lista de asesinadas se encuentra Diana Sacayán, una de las principales activistas GLBT de Argentina, y una de las cuatro mujeres trans que recibieron su nuevo DNI de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, después de la aprobación de la Ley de Identidad de Género más avanzada del mundo, en 2012.
La investigación del TMM revela que se ha informado de un total de 1.933 asesinatos de mujeres trans desde el inicio del proyecto, en enero de 2008, hasta el 30 de septiembre de 2015. Es importante señalar que estos son sólo los casos que se han encontrado mediante la investigación en internet, o gracias a la cooperación de activistas y organizaciones trans.
Mientras que Brasil, México y los EE.UU. tienen los números absolutos más altos, los números relativos muestran unos resultados más preocupantes en los países pequeños. En Honduras, por ejemplo, se asesina a 9,56 mujeres trans por millón de habitantes. Puedes ver el mapa de números relativos aquí.
Sin embargo, también hay que señalar que los números de asesinatos más altos aparecen en países en los que existe un movimiento trans más fuerte, como Brasil, México o Turquía, lo que deja abierta otra cuestión importante: los casos desconocidos. La mayoría de los países del mundo no recoje sistemáticamente los informes de asesinatos de personas trans, y es imposible hacer una estimación del número de casos sobre los que no se ha informado. Las cifras reales serán, seguramente, mucho más espantosas que las publicadas en los informes del TMM. Estas cifras (271 asesinadas este año, 1.933 en 7 años) no son más que la punta del iceberg.
Mientras que el TMM no presenta datos desagregados más que en función del país donde se produjo el asesinato, basta con echar un vistazo a las listas para darse cuenta de que el 99% de las personas trans asesinadas tenían una expresión de género femenina. Además, cuando se ha conocido la identidad de los agresores, estos casi siempre han sido varones cis, por lo que se puede apreciar un claro sesgo de violencia de género, además del obvio componente transfóbico. En varios casos, además, el asesino era la pareja, expareja de la víctima, o un cliente de trabajo sexual.
Recientemente, los informes empiezan a señalar si la víctima era una «persona de color». Aunque en los informes del TMM existe una clara carencia en lo que a la segregación de la información por raza se refiere, un alto porcentaje de las mujeres trans asesinadas aparecen descritas como «persona de color», especialmente en los EE.UU. y en Brasil. Desconozco si esto incluye cualquier raza que no sea la blanca, o sólo se establece una separación entre personas de raza negra y el resto de las razas existentes. Además, muchas de las asesinadas en Europa han sido inmigrantes del norte de África o de Turkía. Se puede decir, por tanto, que al componente de violencia de género, es necesario añadir un componente de violencia racista o xenofóbica, que hace que la mayor parte de los asesinatos de personas trans recaigan entre las más pobres, cuyas muertes pasarán más desapercibidas y en las que existe menos posibilidad de que los asesinos sean perseguidos o castigados.
La principal excepción a esta regla serían las activistas trans visibles que desarrollan su actividad en países con un alto componente de violencia transfóbica.
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