El hogar
Cada quince minutos el reloj canta la hora
para las paredes sordas de la casa vacía
donde el ácaro es el rey de la cama
y las tórtolas disfrutan del balcón
para las paredes sordas de la casa vacía
donde el ácaro es el rey de la cama
y las tórtolas disfrutan del balcón
La puerta firme, cerradura hostil,
espera que ante ella
llore y me lamente.
Con la llave absurda en mi mano,
sabré que he sido expulsado.
Sin embargo, lo que sé
es que el paraíso está en tus brazos,
el hogar, está donde está tu corazón.
La felicidad es un beso tuyo,
el olor de tu cabello,
y mirar tus ojos al despertar.
¿Cómo podría llorar y lamentarme
mientras tú me quieras a tu lado?
el hogar, está donde está tu corazón.
La felicidad es un beso tuyo,
el olor de tu cabello,
y mirar tus ojos al despertar.
¿Cómo podría llorar y lamentarme
mientras tú me quieras a tu lado?
Pablo, te deseo mucho ánimo para el nuevo proyecto que emprendes 😉
Muchas gracias 🙂
Nada ni nadie merecen tus lágrimas ni tus lamentos. Esa puerta cerrada puedes utilizarla en tu beneficio. Para los que la cerraron puede ser una muralla, pero para ti puede ser lo que te separe de lo que te hace daño. Puedes dejar ahí detrás todo lo malo, para que se quede en tu lado sólo lo bueno. Tú eliges qué quieres dejar detrás de la puerta y qué quieres que se quede junto a ti. No debes lastimarte por tu pasado, sino alegrarte por tu futuro. No te puedo prometer que la vida sea un camino de rosas a partir de ahora. Pero te prometo que yo siempre estaré aquí, viviendo la vida contigo, luchando por ser felices y queriéndote cada día como mereces.
Me pediste que me fuera contigo. Quiero irme contigo, pero no puedo. Ahora estamos más lejos que nunca. Yo quiero vivir la vida junto a ti, tus besos, tus abrazos, tus caricias… No es que quiera, es que no puedo vivir sin ellos. Mi paraíso también está donde estés tú. Pronto haremos un cielo para nosotros dos solos, donde no exista nadie que nos estropee ningún momento que estemos juntos, nadie nos impedirá que hagamos lo que queramos y decidamos sin pensar en nadie más.
Lo más bonito que he visto en la vida es tu cara de felicidad. No puedo describir lo que siento al verla. ¿Puede ser felicidad? Así que no la pierdas nunca, por favor, llorando y lastimándote por puertas y casas cerradas que no merecen causarte tristeza.
Un abrazo enorme y un beso más grande aún.
Te quiero, mi vida.