El miércoles hice el último examen, por fin. En realidad, eran solamente dos (llevo tres asignaturas cada cuatrimestre, y me dejé una para septiembre), pero a los profesores de la UNED les encanta escribir unos tochos enormes, que solamente para leerlos ya te lleva varios meses… no hablemos de estudiarlos. Así que, por más interés que le pongo, no puedo sacar más que medio curso por año, y contando con que algunas asignaturas me las dejo para septiembre. Eso sí, en los dos años que llevo, todavía no he suspendido ningún examen, y espero que esta evaluación no vaya a ser la primera.

A diferencia de otros años, he conseguido llegar al final de la evaluación sin que me pasen ninguna de las siguientes cosas:

  • No me he puesto gravemente enfermo. Los dos años anteriores, en febrero, me puse fatal. El primer año, cogí la gripe A (era fuertecilla, la muy…), y el segundo año, una buena neumonía. Este año me he montado una mesa camilla en la tienda, y he estudiado calentito, gracias a lo cual me he ahorrado una semana de estar muriéndome con 38,5º de fiebre. Aunque reconozco que algunos días habría sido agradable estar enfermo y no poder ir a trabajar.
  • No he tenido dolor de dientes. Tengo tendencia a apretar los dientes mientras duermo, y también cuando estoy despierto. Eso se llama bruixismo, y la solución es fácil, pero un poquito cara. Basta con ir al dentista para que te haga una especie de aparato que te lo pones, y ya puedes morder todo lo que quieras. Me costó 120€ (ojo, el primer sitio donde fui a preguntar fue la clínica Vitaldent, que está al lado de mi casa, y me querían cobrar 235€ ¡!), pero vale cada uno de los 1.200 céntimos invertidos ¡Ya no me duele la boca! ¡Puedo comer sin que las mandíbulas me crujan! ¡Increible!
  • No me ha vuelto a sangrar la úlcera. Normalmente la úlcera se me pone peor con el estrés. Terminé el tratamiento justo antes de navidad, y creo que ya se me quedó bien, o medio bien. Últimamente me duele un poco el estómago y la espalda (a mí, cuando me duele el estómago, me duele también la espalda), así que puede que sí me haya empeorado un poco por el estrés…

Excepto por lo de la úlcera, creo que este año he pasado por el trance de los exámenes de  febrero mucho mejor que otros años. Será que ya le estoy cogiendo el tranquillo a esto de estudiar a distancia.

Además, tampoco tengo tanto trabajo acumulado como otras veces, aunque es verdad que debo algunos correos electrónicos, y tengo mis blogs algo abandonados (T_T). Teniendo en cuenta que llevo tres días sin vender absolutamente nada en la tienda, y sin que ni siquiera entre nadie a preguntar, sospecho que me va a dar tiempo de ponerme al día de todo. Por desgracia. Lo que no sé es cómo voy a hacer para pagar la seguridad social. Teniendo en cuenta que si pago la seguridad social, va a llegar el día que no tenga para comer, tal vez lo mejor sería que me pusiese en huelga de hambre. Así ahorro, y a lo mejor consigo que me hagan alguna bonificación en la couta. De camino, adelgazo. Todo son ventajas.

Otra cosa que voy a tener tiempo de hacer, en vista de que no vendo prácticamente nada, es escribir mi novela. «¿Tu novela? ¿Qué novela?». Es normal que no sepas de qué novela hablo, porque sólo lo he comentado con tres personas, pero… estoy escribiendo una novela. No había querido decirlo antes, porque tengo tendencia a empezar los proyectos y abandonarlos, o dejarlos pausados durante muuuuucho tiempo. Sin embargo, con este tema estoy bastante animado. Cuanto más escribo, más ideas se me ocurren. Los personajes van evolucionando solos, y crean sus historias y conflictos entre ellos. A veces me parece increible, porque se supone que no existen ¿no? Se supone que lo tengo que pensar yo todo, pero lo cierto es que a veces tengo la sensación de que se piensan solos. 

Y ya está. Estas son las cosillas que voy haciendo. Me aburro un poco. Estoy cansado. Llevo más de un año sin vacaciones y ya me va haciendo falta. No sé para qué he venido a la tienda, si aquí no entra nadie.