Justo al día siguiente de escribir una entrada comentando que ya estaba la partida de nacimiento, me llegó la partida de nacimiento a casa (¡que rápido!). Mi partida de nacimiento nueva, con mi nombre nuevo, y mi sexo legal nuevo… pero con solera, como si cuando nací la hubiesen hecho así. Ha costado, pero por fin está hecha y en mis manos.
Inmediatamente, fui a llamar por teléfono a los de Ryanair. Los muy **** te hacen llamar a un número de Reino Unido, a 0,10 libras el minuto, para que te atienda una española que vete a saber si no está en Madrid. Yo creo que lo hacen para disuadirte de que no molestes mucho, y, de paso, para que pienses “menudos hijos de la Gran Bretaña”, cuando en realidad, son irlandeses.
Total, que llamo, y después de 8 minutos esperando y viendo como subía el contador del precio del locutorio (fui a un locutorio para no llevarme sorpresas con la factura) por fin me atendió una chica. Le expliqué dos veces el problema: “he hecho un cambio de nombre y rectificación registral de sexo, amparándome en la Ley 3/2007 y quería saber si es posible cambiar el nombre del billete de avión” “¿cómo?” “que he hecho un cambio de…” etc. A la segunda ya había tomado nota de todas las palabras raras que le había dicho, y me puso en espera para consultar el caso. Cuando volvió me dijo que sí, que se podía hacer y que sólo me cobrarían 10€. Según la Ley, no deben cobrarme nada (disposición adicional segunda, para quien lo quiera mirar), así que cuando llegue el momento reclamaré la devolución. Sin embargo, una cosa es arriesgarse a que no te devuelvan 10€ aunque reclames, y otra cosa es arriesgarse a que no te devuelvan 100€, que es lo que cobran por hacer el cambio de nombre “normal”. La chica me explicó que lo hacían porque, de lo contrario, no iba a poder pasar por el control de la policía, cosa que yo sospechaba que podría pasar, efectivamente.
El segundo paso: pedir cita para hacerme el DNI. Lo que pasa es que durante el mes de agosto, no se dan citas para hacer el DNI. Así que pedí una cita para hacerme el pasaporte, que también vale como identificación. El problema es que para hacerte el pasaporte, tienes que tener primero el DNI, así que no veía muy claro como se podría arreglar este asunto. Al final, cuando llegué a la comisaría, les expliqué cual era el problema (otras dos veces, pero es normal, ya que seguramente va a ser la primera y última vez que de la puñetera casualidad de que alguien cambia de nombre y sexo lega durante el mes de agosto, teniendo que viajar en avión a primeros de septiembre) y en seguida me cogieron los datos para hacerme el DNI. A esto ayudó, por supuesto, que yo lo llevaba todo preparado.
Para hacerte el DNI nuevo necesitarás:
1) El DNI viejo.
2) Una foto de carnet.
3) Una partida de nacimiento literal, expedida específicamente para obtener el DNI. Esta partida se diferencia de las normales en que viene firmada y sellada para demostrar su autenticidad.
Una vez entregado todo, en la comisaría envían la partida de nacimiento a Madrid, para que verifiquen que es auténtica (supongo que tendrán un archivo de firmas), y al cabo de un par de días, ya puedes ir a hacerte el DNI. La policía se queda con la partida de nacimiento que les das, así que es conveniente que cuando pidáis la partida de nacimiento, pidáis dos copias, y así no os pasa como a mí, que me he quedado sin nada (tampoco es que tenga mucha importancia).
Al cabo de los dos días (14 de agosto) llamé por teléfono y me dijeron que ya estaba, así que fui corriendo a la comisaría y me hicieron el carnet. Lo malo es que alguien metió la pata, y en vez de cambiar el nombre y el sexo, cambiaron solo el nombre. Lo peor es que, encima, al parecer la gente de la comisaría de aquí lo había notado y había avisado cuando hicieron la verificación de la partida de nacimiento, pero… quien fuera olvidó cambiarlo/pasó de cambiarlo/ es un inútil integral. Lo que pasa es que una vez que ya estaba iniciado el proceso de hacer el carnet de identidad, había que terminarlo, así que lo acabaron, y ya tengo, por fin, mi carnet a nombre de Pablo. ¡¡¡Viva!!! ¡¡¡Se acabaron los problemas para recoger el correo, examinarme en la universidad, ir al médico, etc…!!!
Bueno… casi se acabaron, porque me dijeron que volviese en un par de días, para arreglar el tema del sexo y hacerme otro carnet de identidad (leñes, con lo poco que practico el sexo, y cuantos problemas me da. Si lo hiciera mucho, no sé qué iba a ser de mí…). Hoy he ido, y la comisaría estaba a reventar de gente que había ido a hacerse el DNI sin cita. Yo que tenía miedo de que no me fuesen a atender… No sólo eso, es que, además, han empezado a pelearse entre ellos, y al final me han dicho que casi mejor volviese otro día, porque me iban a dar las uvas (traducido “no te podemos colar”. La otra vez, sabiendo que mi tema era de urgencia, y que empiezo a trabajar a las 10, y como, además, mi trámite es más rápido que los otros, me colaron en un hueco y no tuve que esperar, pero en esta ocasión estaba claro que si por casualidad me colaban, ahí se iba a armar la marimorena). También es verdad que yo he llegado a las 9:20, y la comisaría abre a las 9:00. Si hubiese madrugado un poco más, seguramente me habrían dado el carnet nuevo.
Hasta que no me lo den, no puedo empezar a cambiar papeles. Ahora mismo, no puedo pagar con tarjeta porque la tarjeta está a un nombre, y el DNI a otro (por cierto, el DNI viejo se lo quedan ellos, aunque tengo por ahí un DNI invalidado y caducado que he decidido llevar encima, por si acaso), pero lo que más me preocupa es que coja el coche, la Guarda Civil me pare, me pida el carnet de conducir, y… “verá usted, señor Guardia Civil, es un poco largo de explicar ¿Tiene usted una silla a mano para sentarse?”. Aunque una explicación tan inverosímil, a lo mejor hasta cuela y todo. Por si acaso, conduciré con cuidado extra.
Lo importante: ¡ya tengo el DNI a mi nombre!
Luego está la otra parte: contárselo a los padres. Aun no se lo he contado, pero de eso hablaré en otra entrada a parte.
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