Hoy es 20 noviembre de 2011, día de elecciones generales en España. Quizá un punto de inflexión en un momento sociopolítico muy complicado, en el que parece que no nos puede salvar ni Superman.
Lo reconozco: me da miedo que el PP tenga mayoría absoluta, ya que ninguno de los miembros de su cúpula dirigente parece preparado para poder afrontar la crisis. La reforma laboral que se ha estado realizando hasta ahora no ha surgido ningún efecto para paliar el paro, y sí para lograr que los ciudadanos-consumidores estén en una situación más precaria, impidiendo la reactivación de la economía a través del consumo. Los recortes sociales, que no van acompañados de recortes para la clase política, ni de aumento de obligaciones para los dueños de las grandes fortunas (es decir, para quienes tienen la culpa y/o están obteniendo beneficios de la crisis) no sólo tienen el mismo efecto que el recorte de derechos de los trabajadores, sino que aumentan el cabreo de la gente. ¿Los ricos provocan la crisis, y la tenemos que pagar los pobres? Hablar de primas de riesgos, mercados, e intereses de la deuda que suben es, evidentemente, una tomadura de pelo. Si el mismo que fija el interés de la deuda es el que la va a cobrar, evidentemente esta no va a bajar nunca, sino que siempre irá a más (hasta que, en efecto, uno tras otro los estados se vayan declarando en bancarrota y nadie pueda pagar).
Dicho esto, y como por ahí ya hay muchas cosas escritas sobre el tema, yo hablaré de otra cosa.
Hoy, 20 de noviembre es el TDOR (Transgender Day of Remembrance). Es un día en que las personas trans recuerdan a las personas trans asesinadas. Se trata de un “día de” que se hace en Estados Unidos y en algunos otros países, pero no en España (aquí sería el DDRT – Día del Recuerdo Trans). Si el Día del Orgullo es el día en que celebramos la victoria de seguir vivos, este día es el día en que recordamos a nuestros muertos (son nuestros, aunque no los conozcamos personalmente), víctimas anónimas del odio, cuyas muertes, de no ser recordadas por nosotros, caerían en el olvido.
Desde hace tres años, los responsable del proyecto TvT (Transrepeto vs. Transfobia en el mundo) llevan un registro de personas trans asesinadas que se va actualizando cada tres o cuatro meses. El día 14 de noviembre publicaron el registro de personas que han sido asesinadas desde el TDOR del año anterior, en orden cronológico. Podéis encontrarlo aquí. Son 221 nombres, es decir, una persona asesinada cada día y medio… que sepamos. Probablemente han sido muchas más.
No vale con bajarse la lista y guardarla en algún lugar del disco duro, no. Hay que leerla entera, entendiendo lo que se lee. Historias espantosas, algunas descritas en una sola linea: “causa de la muerte: apedreamiento”. Otras sólo se ven completas en su conjunto: Erica Pinheiro, de Brasil. Tenía 14 años y era trabajadora sexual (es decir, puta). La mataron el 25 de diciembre (es decir, el día de Navidad ¿qué estábamos haciendo nosotros ese día?), de once disparos. Para ampliar información, he encontrado un artículo de un periódico donde informa sobre el suceso. La madre y la hermana de Erica sabían que era transexual, y aceptaban este hecho “con normalidad”. No tenía padre. Erica consumía drogas y alcohol, y se había ganado la calificación de “problemática”. No sé muy bien qué esperaban, quienes la calificaban de problemática, que hiciese una niña transexual de 14 años que se prostituye. Al parecer, la madre había intentado apuntarla a algún programa de reinserción para que dejase la calle, pero la niña no había querido. El motivo de ser asesinada fue que le robó el teléfono móvil a uno de sus clientes, que era policía federal, y luego lo vendió. Aunque la madre lo recuperó y devolvió, el policía dijo que eso no iba a quedar así. Queda en el aire la sensación de que “ella se lo había buscado”, por puta, por maricón, por drogadicta y por robarle a un policía. A mí todo esto me parece un trato inhumano, y más para una niña.
Os dejo con un relato que escribí hace algún tiempo para un concurso. No ganó (tampoco esperaba yo que ganase, ya que lo organizaba mi ayuntamiento, y a los políticos les gustan las cosas políticamente correctas), pero eso no significa que merezca quedar aparcado para siempre en un cajón, el pobre. Para más claridad, lo pondré en una entrada a parte.
Mi opinión sobre el relato te la he dejado en otro post.
Sólo decir… que me gustaría ver el relato ganador. Dudo que sea mejor.
Un abrazo.
Ojalá no se sigan añadiendo nombres a esa lista. Qué duro…