Aquí en Ecuador la gente dice que no hay trabajo. Se nota que no han estado en España últimamente.

Uno va por la calle, y por todas partes hay carteles «se necesita cajera», «se necesita cocinero», «se necesita mesero y posillero». Tengo que enterarme qué es un posillero, porque ya se que un mesero es un camarero, pero nunca me acuerdo de preguntar.

Si buscas trabajo por internet, verás que cada día van apareciendo ofertas nuevas. En España las ofertas llegaban a la web con cuentagotas, y casi todas eran para trabajar de vendedor, o de sectas comerciales.

El problema que hay con el trabajo aquí, según me cuentan, es que está mal pagado. Eso es cierto. Muchas personas viven con salarios de 250 – 300$, que te da muy, muy justito para poder vivir. Reza para que no tengas una enfermedad grave, y ni te plantees comprar un coche o una casa. Así son las cosas para muchas personas, desgraciadamente.

Sin embargo, la cuestión es que trabajo hay. ¡Hasta yo he encontrado trabajo! Va a ser solo por un mes, pero se trata de un trabajo interesante, y de cierta dificultad, que me requiere dar lo máximo, ya que se trata de dar clases de una materia que casi no conozco. Por cada hora que echo, tengo que dedicar una hora y media de preparación, pero lo hago con gusto. ¡Hacia tanto tiempo que no conseguía un trabajo con un salario aceptable, que requiriese emplearme a fondo, y que fuese digno…! Excepto un par de traducciones que hice colaborando con un amigo, no he tenido nada así desde hacía… ya ni me acordaba. Ni me acordaba tampoco de lo agradable que es eso de ganar dinero y pensar que al menos este mes no lo acabaré con déficit.

En total habré tirado alrededor de 30 currículums, que es una cantidad ridícula en comparación con las cantidades industriales de currículum que tiré en España, para nada. Hoy, además, he tenido una entrevista en una universidad en la que dan clases de turismo. Al principio el entrevistador desconfiaba. Me preguntaba para qué había venido aquí, que si no me resultaría más fácil encontrar trabajo en España, siendo español. ¡Si los migrantes ecuatorianos sin cualificación ni papeles allí ganan mucho dinero y están mejor que en Ecuador…! Empezamos a hablar de los flujos de migrantes desde y hacia Ecuador (Ecuador es un país que además de emitir muchos migrantes, recibe migrantes de otros paises), hasta que encontré la ocasión de llevármelo a un campo que yo encontraba favorable: las desaprovechadas y enormes oportunidades del mercado turístico ecuatoriano. De repente nos hemos encontrando debatiendo sobre las características del mercado y cuales podían ser los motivos de que esté tan desaprovechado, las formas en que se podría mejorar, los retos a los que deben enfrentarse los profesionales del turismo ecuatoriano en este momento, y las oportunidades que tienen de lanzar el mercado desde un modelo de trabajo que haga llegar la rentabilidad al país, y no sólo a unas cuantas grandes empresas extranjeras. Ha sido muy interesante para los dos, y me ha encantado poder hablar de todos estos temas con un experto en el campo (ya hacía tiempo que no me encontraba con ninguno).

Al final ha llegado la hora de la verdad. El entrevistador llevaba pidiéndome títulos académicos y certificados, y yo había ido aplazando el momento hasta el final de la entrevista, para que el nombre que aparece en los documentos tuviese el menor impacto posible. El señor se ha quedado en shock durante un momento, tratando de asimilar que… ¡los transexuales existimos de verdad, y a veces nos presentamos en los despachos de los jefes de recursos humanos para pedir trabajo! Sin embargo, estaba bastante impresionado por la conversación que hemos tenido, y tengo la esperanza de que su interés no vaya a bajar a causa de eso.

No se si al final me contratará o no, pero lo cierto es que ha sido la entrevista de trabajo más agradable que he tenido nunca. Y, sobretodo, sigo sorprendido de que casi sin buscar haya conseguido una entrevista en una universidad… especialmente teniendo en cuenta que la última entrevista de trabajo que hice en España fue en el McDonalds, tras echar cientos de currículums en todo tipo de emrresas durante meses, y encima me rechazaron. Este tipo de cosas le reconcilian a uno de nuevo consigo mismo como una persona válida para trabajar. Ufffff…