A las dos de la mañana…

Eran las dos y cuarto de la mañana y a mi ya no me cabía ni una letra más en el cerebro. A veces temo que se me acabe el espacio y los conocimientos nuevos vayan borrando los antiguos, aunque haga repasos. Esta no es la oposición más dura que he preparado, así que sé...

¡Y a mi en 2 dos minutos!

Es curioso como funciona el Síndrome de Estocolmo. Las personas que han sido secuestradas llegan a desarrollar una empatía tal con sus secuestradores que terminan defendiéndolos. En realidad no es que fuesen malos, simplemente, tenían sus motivos. Entre las personas...