Lo primero es, una vez más, dar las gracias a todos los que os estáis preocupando por mis evoluciones opositoras. Como con algunos tengo contacto en otros sitios además de aquí, es posible que veáis esto mismo que voy a escribir a continuación más de una vez.

No es que sea demasiado vago para escribirlo dos o tres veces (o cuatro, ya no sé), es que no sé explicarlo mejor, ni con más detalles. Además, si todo va bien, dentro de un mes será el segundo examen, y tengo que estudiar a tope… otra vez.

La cosa del examen está así:

El primer examen tiene dos partes, aunque se hacen a la vez. Para aprobar tienes que pasar la nota de corte de la primera parte, y la nota de corte de la segunda parte. El año pasado, en Las Palmas de Gran Canaria las notas fueron 32/16,5 (el total, por si os lo estáis preguntando, es 60/30). Una cosa curiosa es que las notas de corte de allí suelen ser inferiores a las de la península, pero, sin embargo, la nota de corte en el segundo examen fue superior.

Hoy ha salido la plantilla de respuestas provisional. Tirando por lo bajo mi nota va a ser 36,66/16. Sin embargo, una de las respuestas de la plantilla es incorrecta, y me la han contado como mal, por lo que muchos opositores vamos a pedir que esa respuesta se rectifique. Si se consigue la rectificación, entonces yo tendría una puntuación de 38/16, porque respondí bien, lo que significaría que mucho tiene que subir el corte de la primera parte para que me quede fuera, pero lo tengo mal por la segunda parte. Sin embargo, en la segunda parte, hay una pregunta que está mal redactada. Yo no me di cuenta, la respondí, y escogí una respuesta erronea. Mucha gente se ha dado cuenta de la mala redacción y la van a impugnar (yo entre ellos, claro). Si la impugnación se consiguiese, y otros años ya se ha conseguido por el mismo motivo, entonces me quedaría una nota de 38/17,33. En esas condiciones lo más seguro es que entrase, porque el corte no suele subir de 17 en la segunda parte.

Se da además la situación de que muchos de los candidatos no se presentaron. Probablemente todos los peninsulares que no estaban muy seguros de poder aprobar, decidieron quedarse en sus casas. Con la crisis que hay, no está la cosa como para gastarse el dinero en tonterías. Además, en proporción, Gran Canaria tiene el doble de plazas que la península. También hubo mucha gente que perdió el tiempo con la primera parte, respondiendo preguntas que requerían complejos cálculos matemáticos,  y luego no les dió tiempo de hacer bien la segunda parte.

Así que a lo mejor apruebo y a lo mejor no. Cuanto más lo pienso, más veo que hay mayor número de posibilidades a favor que en contra, pero aún así, no puedo dar nada por seguro. Estoy nervioso perdido, subiéndome por las paredes y a punto de colgarme de la lámpara, estilo chimpancé, pero no lo hago porque no me fío de que esté demasiado bien fijada (vivo en un piso muy antiguo). Por otra parte, con lo fea que es la llámpara, no me daría pena que se rompiera.

Al final me he puesto a preparar el segundo examen como si fuese a examinarme de verdad, que es lo que me va a salir más rentable. Y mañana por la mañana, si no se rompe la noche, y si no me ha dado un infarto, estaré en la subdelegación impugnando y rectificando como un campeón.

Seguiremos informando.