Si fumas, lo entenderás muy rápido. De lo contrario, quizá tengas que hacer un pequeño esfuerzo.
Las leyes contra el tabaco son cada vez más restrictivas. Para justificarse, apelan a la salud pública. Es decir… lo hacen para proteger la salud de los fumadores. Ariovisto habla de ello largo y tendido, y nos recuerda a otros que han velado por nuestra salud, ya sea física o moral, por ejemplo, Franco, que se desvivía para evitar que ni un solo españolito acabase en el infierno. Se pregunta, además, hasta donde pueden llegar las leyes ¿Una ley que nos obligue a fumar? ¿Una ley que prohiba el paro? ¿Una ley que…? Más aún ¿todo lo legal es moral? ¿Debemos cumplir todas las leyes que nuestro gobierno vaya sacando por más estúpidas que sean?
Puedo continuar planteando leyes estúpidas que podrían existir. Leyes que obligasen a las personas a llevar un nombre escogido de manera arbitraria. Una ley, que, por ejemplo, te obligase a llevar una targetita de plástico con un nombre y un sexo, y te hiciese obligase a hacerte pasar por esa persona. Una ley que dictase exactamente el tipo y la cantidad de hormonas que debe haber en tu cuerpo. Una ley que diga cual debe ser el tono de tu voz. Una ley que diga cual debe ser tu aspecto. Una ley que obligue a unos a tener barba (aunque se la afeiten) y a otros a no tenerla. Y, lo mejor de todo, que encima nos dijesen que todas esas leyes absurdas son «por la salud pública», para evitar que nos hagamos daño y que en el futuro podamos sentirnos descontentos con nosotros mismos.
Puedo ir más lejos aún. Imaginemos que un día llega un señor o una señora a nuestra casa, y reune a todos los miembros de la familia.
– Muy buenas, en virtud de la Ley Orgánica tropecientas, barra, dosmil nueve, de adaptación de la identidad de género a las cualidades psicosociales del individuo, vengo a diagnosticar si son ustedes mujeres u hombres.
– Yo soy un hombre, y me siento muy satisfecho de serlo – responde el padre.
– Eso lo decidiré yo, que sé cosas que usted no sabe. Puede que usted ahora crea que es un hombre, pero existe la posibilidad de que en el futuro se arrepienta. ¿Sabe que uno de cada 15.000 hombres y una de cada 50.000 mujeres son transexuales? Es una posibilidad que existe y que hay que evaluar para asegurar su bienestar futuro. Para ello he diseñado un protocolo de actuación y unos tests que arrojarán los resultados correctos.
– Bueno, si es para cumplir la ley… ¿Y cuanto va a tardar?
– Bueno, no sé… Entre unos meses y varios años, depende de la persona.
– Joder, pues la verdad es que yo tengo cosas mejores que hacer, como trabajar, estar con mi familia, dormir, observar el crecimiento de la hierba… Además, yo tengo claro que soy un hombre…
– Eso ya lo decidiré yo, no se preocupe. Me aseguraré de que el resultado sea aquel con el que usted se sienta más cómodo a largo plazo.
Varios meses más tarde, en base a los resultados de cada uno de los psicólogos que nos fuesen visitando uno a uno en nuestras casas, se repartirían los nuevos DNI, rectificados en los casos en que los psicólogos lo viesen necesario (no necesariamente de acuerdo con las preferencias de la persona), y se les suministrarían, en caso de necesitarlas, las hormonas necesarias para que sus cuerpos se adaptasen a las identidades asignadas por los profesionales. Así viviríamos todos y todas en un mundo más feliz, porque ¡como vamos a saber más nosotros, pobres ignorantes en el campo de la psicología, que los profesionales! Si te dicen que eres un hombre, o una mujer, pues lo eres, te guste o no. Y punto. ¡Si todo esto lo estamos haciendo por ti!
Así pues, si eres fumador y estás ya hasta los cataplines de que tooooodo el mundo, no solo sepa mejor que tú lo que te conviene, sino que encima se tomen la molestia de decírtelo, y, para colmo de males, desde nuestro gobierno benefactor se pretenda que dejes de fumar «por tu propio bien». Si eres fumador y ya estás, como digo, completamente harto de que te traten como si fueses un niño, en un estado de perpetua minoría de edad… Si alguna vez te has preguntado hasta donde se puede llegar creando leyes para proteger a la gente de si misma, aun a pesar de los deseos de la propia gente… Ya has probado un poco de la realidad que vivimos miles de personas transexuales.
Pablo, ¡qué razón tienes…! Es lo que yo digo, ¿por tener una discapacidad física tengo que ser tonta e inculta? PUES NO. No van a tutelarnos hasta ahí, porque sería la repanocha.
Un abrazo.
Te quise haber comentado ayer pero mira, como mi Gobby no me lo dijo, estaba como indeciso.
Cuando alguien mira por tu propio bien, seguro que es porque mira por su propio «mejor».
A mi los que se sientan en las esquinas esperando a que les preguntes qué camino coger, me hacen pensar que son la avanzadilla de los asaltantes que te esperan en los recodos.
Un saludo, amigo Pablo.
Hola Pablo,
en parte discrepo, pues como «fumador pasivo» creo que no viene mal que la ley me proteja un poco de los maleducados que molestan con sus cancerígenos y malolientes cigarrillos, del mismo modo que deberían defenderme de los estúpidos que usan el claxon del coche para avisar al que tiene el coche en doble fila o los marranos que no saben usar una papelera.
Pero eso es la protección al no-fumador. Tienes razón en cuanto al mensaje de «es por tu bien», pues el mayor bien es la libertad, incluso para tomar la decisión de perjudicar la propia salud fumando. De la comparación que haces con el caso de los transexuales, supongo que las claves son 1) que se realizará un cambio físico irreversible, 2) que hay que asegurarse de que la persona que quiere realizarlo no se equivoca, y 3) que el proceso de comprobacíon debería ser razonablemente rápido. Uno puede perjudicarse a sí mismo cuanto quiera, pero cuando requieres que un especialista intervenga, es lógico que se comprueben ciertas cosas. No es tanto que te digan que debes sentirte hombre o mujer, como que digan: «de acuerdo, pero déjame asegurarme antes de operar, no sea que lo que tengas sea un cacao mental».
Por lo demás coincido con la esencia de tu escrito: leyes, las justas, porque cuando se empieza a legislar sobre todo, la ley solo sirve para quitarnos libertad, y dar más poder a los poderosos.
Un abrazo
Pregunto a dycbug:
Y donde está la protección del fumador y del no-fumador?
Me parece estupendo que creen esa ley «por tu propio bien», pero por mi propio bien como fumadora, que además lo estoy dejando, también debería decir el Gobierno para que se utiliza el dineral que gastamos l@s fumadores/as y que va directo a las Arcas del Estado. Yo propongo que de la misma manera que se va a prohibir fumar en lugares públicos, también se prohiba su venta, al igual que la del alcohol, ya que será «por tu bien», si las leyes se ampliasen, muchas cosas nos irían mejor, y que tal una ley que diga que todas las personas transexuales que quieren operarse tienen que ser operadas por ley, por parte de la sanida pública, la cual también se lleva su parte económica gracias a las Arcas del Estado???