Estrategia global, planificando la acción.
Para conseguir un objetivo, es necesario tener claras dos cosas: qué queremos, y cómo lo vamos a conseguir. En este caso, el objetivo a alcanzar es iniciar los tratamientos médicos lo antes posible, con el mínimo de estrés, por el menor precio posible, y sin poner en riesgo futuras operaciones.
Hay que tener en cuenta que todo esto está escrito pensando en personas trans residentes en España, mayores de edad, y con nacionalidad española (de nacimiento o adquirida, eso no importa). Si vives fuera de España, eres menor de edad, o tu nacionalidad no es española, es posible que no todo esto sea aplicable a tu situación, aunque todavía podrás utilizar mis ideas para crear tu propio plan. También puedes escribirme e intentaré echarte una mano. Aún en el caso de que cumplas estos tres requisitos, tienes que tener en cuenta que la situación de atención sanitaria a las personas trans es muy diferente según sea tu Comunidad Autónoma, y también depende de tu situación personal. Cuanto más dinero tengas, y más guapx seas, más fácil te resultará todo, aunque esto no es una sorpresa. Por eso, esta guía está pensada para los que somos pobres, feos, y lo tenemos jodido para que nos atiendan bien por la seguridad social.
Los pasos que tienes que seguir, al margen de los protocolos médicos, son los siguientes:
Etapa 1: conseguir el diagnóstico
Etapa 2 (opcional): cambiar de nombre y sexo legal antes de empezar ningún tratamiento
Etapa 3: ir al médico de cabecera
Etapa 4: ir al endocrino, y empezar la UTIG si existe
Etapa 5: conseguir la receta de las hormonas por lo público (volver al médico de cabecera)
Etapa 6: revisiones periódicas
Etapa 7: endocrino público de no utig -> Solicitar las cirugías cuanto antes.
Un comentario sobre los protocolos y criterios diagnósticos.
Existen varios manuales que establecen un recorrido de “talla única” para todas las personas trans, y establecen qué requisitos tiene que cumplir cada una de estas personas para pasar de una fase del recorrido a la siguiente. Kim Pérez se ha referido a estos protocolos como “un tren de una única vía y tres estaciones”, y las autoridades Europeas han declarado repetidamente que obligar a todas las personas a pasar por estos protocolos es contrario a los derechos humanos.
A pesar de que muchos países no los aplican, bien porque no están en su tradición (hablamos de algunos países en los que existe una cultura en la que se reconoce la existencia de personas que no están de acuerdo con el género asignado al nacer, y afrontan esta cuestión desde distintas perspectivas, como pueden ser los países de Oceanía, o de Sudamérica, o las tribus indias canadienses), o bien porque está fuera de la legalidad (Argentina o Malta, y, en teoría, también Andalucía), los autores de estos protocolos los proclaman internacionales, y prácticamente universales, y la mayoría de las personas en Europa, Norte América, Oceanía, y algunos países de Sudamércia, Asia y África, han llegado a creer esta afirmación autoproclamada.
Las fases tradicionales del llamado “proceso transexualizador” son:
1: diagnóstico. Se descarta que existan otras patologías y si la persona cumple con los criterios diagnósticos, se extiende un diagnóstico de enfermedad mental.
2: hormonación. Se inician los tratamientos hormonales cruzados.
3: test de la vida real. La persona tiene que vivir durante al menos un año en el rol de género elegido. Durante esta fase todo el equipo médico supervisará su adecuación a dicho rol de género, que sólo puede ser “hombre” o “mujer”.
4: cirugías. Una vez que el equipo médico haya decidido que la persona vive de forma adecuada al rol de género elegido, se le admite para que pueda acceder a las cirugías (en ese momento es cuando entra en lista de espera, y no antes). Mamoplastia de aumento, cirugía para la nuez, cirugía sobre las cuerdas vocales, feminización facial, mastectomía en el caso de los hombres trans…
5: cirugías genitales. La cirugía genital es la última que se realiza (excepto en el caso de los hombres trans, que suelen ser esterilizados muy rápidamente, con la excusa de que la testosterona puede producir cáncer en los órganos reproductores internos, aunque en realidad no hay evidencia de que tal cosa sea cierta). Aunque la mayor parte de las personas trans no la quieren, para los médicos y la sociedad en general es la culminación del proceso. Tú, ni caso. Si quieres la pides, y si no, pues no.
Paso a paso: cómo empezar tu tratamiento médico lo antes posible, y sin gastarte un pastón por el camino.
#Etapa 1: conseguir el diagnóstico
¿Por qué necesitas un diagnóstico?
Primero, te diré para qué no necesitas un diagnóstico. No necesitas un diagnóstico para descartar otras enfermedades mentales. No necesitas un diagnóstico para verificar que no estás locx. No necesitas un diagnóstico para asegurarte de que no te vas a arrepentir. Sobre todo, no necesitas un diagnóstico para que los médicos se aseguren porque hay gente que puede estar confundida, porque tú sabes muy bien lo que quieres, pero puede haber gente que…
El hecho de que una persona no esté de acuerdo con la identidad de género que otros le asignaron al nacer no debería convertirla automáticamente en sospechosa de tener una enfermedad mental, o de estar confundida, o… Porque eso es pura discriminación. La estabilidad mental se presupone para todas las personas, y si alguien quiere demostrar que otra persona está desequilibrada, tendrá que probarlo. No se puede exigir que ninguna persona tenga que demostrar que está mentalmente estable simplemente porque a ti, al médico, o a quien sea, le parezca que podría ser que no. Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. Sobre todo, no justifiques los tratos discriminatorios que recibes en que tú eres normal, pero las demás personas trans podrían estar como una cabra. Empieza a asumir desde ya que toda persona trans está mentalmente sana hasta que se demuestre lo contrario.
Ahora ¿por qué necesitas un diagnóstico? Porque quieres acceder a los tratamientos hormonales, y también quieres cambiar de sexo nombre y sexo legal en tu DNI.
A no ser que vivas en Andalucía, donde, según la ley Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía, ninguna persona será obligada a someterse a examen psicológico que coarte su libertad de autodeterminación de género, incluso en el ámbito sanitario (artículo 5.2 en combinación con el 10.3), en el resto de España, cualquier médico endocrino o cirujano va a exigirte un informe psicológico o psiquiátrico de disforia de género o transexualidad. De hecho, la Ley de Andalucía tampoco queda muy clara, y lo normal es que, al final, acabes teniendo que ir con el diagnóstico psicológico por delante. Esto no debería ser así, pero así es como es.
Además, en el caso de que quieras cambiar de nombre y sexo legal, el informe psicológico o psiquiátrico de disforia de género es un requisito imprescindible, establecido por la Ley 3/2007.
Cómo conseguir tu informe diagnóstico a toda velocidad.
Necesitas conseguir el informe sí o sí. No para probar a nadie que estás mentalmente sanx, sino porque es la llave que abre las demás puertas. Así que lo que tienes que hacer es centrarte en conseguirlo rápido.
Para eso, hay dos vías.
*Vía 1: La seguridad social
Si vives en una Comunidad Autónoma sin UTIG, vete a tu médico de familia y pídele que te envíe a salud mental para tratar del tema con un psicólogo. Una vez que estés con el psicólogo, le dices que eres trans y que te gustaría empezar a hormonarte, pero que para eso necesitas el informe psicológico. Si tienes suerte, en la mayoría de los casos darás con un psicólogo o psicóloga majeta que te hará el informe en dos o tres visitas, y hasta te ayudará a resolver otras cuestiones relacionadas que te estén causando inquietud. Si no tienes suerte, pide cambio de médico y prueba otra vez.
La mayoría de los psicólogos “no expertos” de la seguridad social, son muy majetes, aunque a veces puedes encontrarte con un católico transfóbico que pretenda mantenerte en el género que se te asignó al nacer. En tal caso, como ya he dicho, pide cambio de médico, o sigue leyendo esta guía.
Si vives en Andalucía, tienes la opción de hacer eso mismo. Yo, es lo que haría. Aunque si vives en Málaga, es posible que te acaben mandando a la antigua UTIG (ahora UAPT) donde Trinidad Bergero pretenderá tenerte un añito de espera. Si eso ocurre, vuelve a tu médico de cabecera y pídele que te envíe a endocrinología con la Dra. Almaraz. Y nunca, nunca, nunca, firmes ningún papel en el que consientes someterte a evaluación psicológica antes de iniciar los tratamientos endocrinos. Si te dicen que lo firmes, di que no, y si te niegan la atención sanitaria, pon una reclamación e, inmediatamente, llama por teléfono a ATA http://www.atandalucia.org/
Es posible que, viviendo en Andalucía, tu médico de cabecera quiera enviarte a la UAPT provincial, pero no sepa cómo hacerlo ¡Normal! Las UAPT, en teoría están funcionando, pero en la práctica sólo existen en Sevilla y Málaga (puede que en Córdoba y Huelva también). Tú no dejes que te líen, pide ir a salud mental. A ti no te pasa nada en la cabeza, ni necesitas que te vea un psicólogo súper especializado en vaya usted a saber qué movidas. Tú lo que necesitas es la llave que te abre la puerta de los tratamientos médicos y el cambio del DNI.
Si vives en Cataluña, el médico te remitirá a la UTIG del Clinic. Pide tu cita, y ve a la psicóloga obedientemente… y luego ponte en contacto con Transit* http://www.transtienda.com/blog/noticias/transit-promocion-de-la-salud-de-las-personas-trans/, donde recibirás la mejor atención sanitaria de toda España, y en un abrir y cerrar de ojos tendrás tu informe diagnóstico, y tratamientos hormonales, si es que los quieres. Además, si necesitas acompañamiento psicológico, lo tendrás también, y del bueno. Todo ello gratis, incluido dentro de los servicios sanitarios de la Generalitat.
Entonces ¿por qué ir al Clínic y, al mismo tiempo, a Transit*? Por la sencilla razón de que algún día puede que te quieras operar, y si no tienes dinero, querrás hacerlo por la seguridad social. Estar en la UTIG del Clínic es ponerse “a la cola” para las cirugías. Ahora bien, para ser honesto, en ocho años de activismo trans, jamás he oído de una sola persona que se haya operado allí. Las listas de espera son de muchos, muchos, años. Tantos, que nadie tiene tanta paciencia y al final todos se operan por lo privado. Habría que preguntarse cómo es posible que haya tanta lista de espera si no están operando a nadie en absoluto. A mí se me ocurren un par de respuestas, pero este curso no va de eso, así que me las voy a ahorrar. Quizá algún día, alguien que lleve mucho tiempo en la lista de espera, o al que se le notifique que la lista de espera es de X años, se decide a ir a los tribunales a hacer esta misma pregunta. Si tú me estás leyendo y crees que eres esa persona, entonces, te recomiendo que te pongas en contacto con María Jesús Lastra Lamar, quien consiguió operarse por la seguridad social después de recurrir al derecho a la justicia gratuita para denunciar las largas esperas en la UTIG de Asturias.
Si eres de Madrid, lo siento mucho. Amiga mía, la has cagado. En Madrid te van a mandar, sí o sí, a la UTIG, donde recibirás la peor atención de toda España. Sin embargo, si tienes aspiraciones a operarte por la seguridad social en Madrid, te recomiendo que vayas, pidas tu cita, y vayas a ver al psicólogo de allí. No esperes ayuda. No le cuentes tus problemas. Dile que estás bien, pero un poco triste, pero superando tus problemas, y deseando empezar a hormonarte para empezar a vivir de verdad. Dales las respuestas que quieren oír y, mientras tanto… acude a la segunda vía.
*Vía 2: sistema mixto entre seguridad social y médicos privados.
Por el motivo que sea, te parece que si tienes que conseguir el informe psicológico y empezar la hormonación por la seguridad social, para cuando lo consigas ya habrá pasado mucho, mucho tiempo.
Es el momento de empezar a ir por lo privado.
No dejes de lado a tu psicólogo de la seguridad social, no dejes de lado sus listas de espera. Sigue yendo a ellos con la regularidad que te pidan, y así tendrás la oportunidad de, en el futuro, recibir tu asistencia gratuita por la seguridad social.
Ahora vete a la lista transfriendly de médicos trans http://transtienda.com/blog/noticias/directorio-de-profesionales-de-la-salud-transfriendly/, y busca un psicólogo en tu zona que tenga una calificación “A”. Si no lo encuentras, recuerda que en la lista también existen psicólogos que te pueden atender online. Ponte en contacto, y cuando reserves tu primera cita, pregúntale cuánto tardará en darte el informe.
Si estás en Madrid, y estás yendo a la UTIG, es posible que te interese contactar con Cristina Garaizabal, ya que, de momento, el Dr. Becerra está aceptando los diagnósticos psicológicos emitidos por ella. Eso sí, te digo desde ya que es algo que él está haciendo porque quiere, que no tiene la obligación de hacer, y que, de hecho, según la ley, no debería hacer. Dicho de otra forma: si le caes mal al Dr. Becerra, no te va a salvar ni la Garaizabal.
Si decides arriesgarte a probar en otro sitio, asegúrate de preguntar en la primera cita con tu psicólogo si te va a dar el informe, cuánto tiempo tardará, y si te va a cobrar extra por ello. O, mejor, pregúntalo en el momento de reservar la cita. Nunca, nunca, nunca, vayas al psicólogo que te ha recomendado tu tía. Las tías son nefastas a la hora de recomendar psicólogos. No sé por qué, pero es así.
Y ya está. En dos o tres citas tendrás tu diagnóstico. No debería costarte más de 200€ y un par de meses obtenerlo. Puedes pasar a la siguiente etapa.
#Etapa 2: cambia tu nombre y sexo legal con 0 días de hormonación.
Una vez que tienes el diagnóstico, puedes cambiar inmediatamente tu DNI con 0 días de hormonación. Sin trampa ni cartón, de manera totalmente legal. Esto es importante, porque si no lo haces ahora, luego tendrás que esperar a que se cumplan los dos años desde que te empezaste a hormonar para poder conseguir tu nuevo DNI. Cambiando el DNI ahora, te vas a ahorrar más de dos años de problemas y disgustos llevando un DNI que no te identifica. Especialmente, si tienes que buscar trabajo o si quieres estudiar en la Universidad.
Hacerlo es muy sencillo. Una vez tienes tu diagnóstico psicológico, sólo tienes que ir a tu médico de cabecera y decirle que has decidido que, por motivos de salud, no te vas a hormonar, y pedirle que te extienda un informe que así lo declare. De hecho, se ha dado el caso de personas que han conseguido cambiar el DNI aportando una declaración personal.
Los motivos de salud pueden ser cualquiesquiera, desde que no quieres a afrontar los efectos secundarios que la hormonación conlleva, a que temes que pueda empeorar alguna condición médica presente (tendencia a generar trombos, colesterol, niveles altos de glucosa en sangre), o que tengas un historial familiar de cáncer asociado a las hormonas sexuales y no quieras arriesgarte.
¡Atención! Si estás yendo a la UTIG o a la UATP, ni se te ocurra pedirle al endocrino que te haga este documento. Pídeselo siempre a tu médico de cabecera, que, además, estará obligado a hacerlo. Los de la UTIG, cuanto menos sepan, mejor. En serio.
Con eso, el informe psicológico, y el resto del papeleo que pide la ley, ya puedes ir a pedir el cambio de nombre y sexo legal.
Eso sí, hay una limitación: no podrás hacer esto mientras estés recibiendo un tratamiento relacionado con la transexualidad. Si ya has empezado a hormonarte, deberías parar el tratamiento por motivos de salud. Si no has empezado a hormonarte, no empieces. Espera a tener el DNI cambiado.
Una vez que legalmente estés asignadx al otro sexo legal, entonces puedes empezar los tratamientos… Con una diferencia: ya no serán tratamientos para “acomodar las características físicas a las del sexo deseado” (o sea, tratamientos para cambiar de sexo), sino los mismos tratamientos que cualquier persona recibe cuando sus caracteres sexuales se descontrolan. Serás una mujer pidiendo un tratamiento con hormonas femeninas y anti hormonas masculinas, o un hombre con muy baja producción de testosterona.
#Etapa 3: empieza el tratamiento hormonal
Tanto si no has decidido cambiar tu DNI, una vez conseguido el informe psicológico, ya puedes ir a por el tratamiento hormonal. Si has decidido cambiarlo, es mejor que esperes a tener el auto del juez antes de ponerte a ello.
*Via 1: por la seguridad social
Tuviste suerte y tu psicólogo te hizo el informe en un santiamén. A lo mejor fuiste a la UTIG, o a la UAPT, y todo ha ido como la seda ¡Fantástico!
Si eres de los pocos y pocas afortunadas a las que les ha ido bien en la UTIG o la UATP, la psicóloga o el psicólogo te mandarán directamente al endocrino. Recuerda que si quieres cambiar el DNI sin tener que esperar los dos años, tendrás que hacerlo antes de empezar la hormonación, y que no te conviene que el informe de que no te vas a hormonar por motivos de salud, te lo haga el endocrino. Pídeselo a tu médico de cabecera.
Si vives en una Comunidad Autónoma sin UTIG, o en una de las provincias de Andalucía donde la UAPT todavía no está en funcionamiento, es hora de volver a tu médico de familia y pedirle que te envíe a un endocrino para el tema de las hormonas. En mi directorio de médicos podrás encontrar varios médicos que trabajan en la seguridad social y que atienden a personas trans, lo que te permitirá decirle a tu médico a qué endocrino específico quieres que te envíe.
*Vía 2: sistema mixto entre seguridad social y médicos privados.
Estás yendo a la seguridad social, pero tu psicólogo se está tomando su tiempo. Así que has optado por ir a un psicólogo privado y ya tienes tu informe. ¿Y ahora?
Resulta que los médicos privados sí aceptan documentación emitida por médicos de la Seguridad Social, pero los médicos de la Seguridad Social no aceptan documentación emitida por médicos privados (excepto el Dr. Becerra en la UTIG de Madrid, que acepta los informes psicológicos emitidos por Cristina Garaizabal). No sólo no los aceptan, sino que está prohibido que los acepten.
Así que no te queda más remedio que volverte a la lista de médicos transfriendly y buscar un endocrino que te vaya a atender por lo privado.
Puede parecer carísimo, pero, creeme, no lo es tanto. Ahora te voy a explicar por qué.
Una vez que vayas al endocrino, este te pedirá unos análisis de sangre. Tú coges tus análisis, y en vez de pagártelos, te vuelves a tu médico de cabecera y le pides si, amablemente, te los puede recetar él o ella. Explícale por qué lo necesitas y, de nuevo, recuerda que no tiene obligación ni deber de hacerlo. Que si lo hace, es por hacerte un favor. Si se enrolla y te los receta, dale las gracias sinceramente: te acaba de ahorrar un pastón. Si no se enrolla, pide cambio de médico, a ver si tienes más suerte con el siguiente. Una vez más, la mayoría de los médicos son gente maja que quiere ayudar, y los idiotas transfóbicos son la excepción.
Una vez que tengas tus análisis hechos por la seguridad social, gracias a la inestimable ayuda de tu médico de familia, vuelve al endocrino. Con esos análisis, te hará las recetas. Ya no necesitarás volver a verle hasta dentro de seis meses o un año, para la siguiente revisión, lo que significa que puedes tener un seguimiento de tu tratamiento endocrino por unos 100€ o 150€ anuales. Si vas muy justo de pasta, acuérdate de poner 10€ al mes en una hucha, y los tendrás preparados para cuando llegue el día. Tan fácil como eso.
Ahora, con las recetas del endocrino privado, te vuelves a tu médico de cabecera enrollado, y le pides que te haga las recetas él o ella. Ya tienes tu tratamiento hormonal cubierto por la seguridad social.
Una vez que tu psicólogo de la seguridad social se decida a enviarte al endocrino (cosa que, por otra parte, va a ser más fácil si mientras tanto tú ya has cambiado el DNI), lo único que tienes que hacer es substituir el tratamiento de tu endocrino privado por el que te recete tu endocrino público. Pero ya, sin estrés.
#Etapa 4: cirugías
* Vía 1: por la seguridad social.
Si estás en Cataluña y te quieres operar por la seguridad social, te recomiendo que te vayas poniendo en contacto desde ya con María Jesús Lastra Lamar, porque lo más recomendable es que te vayas a los juzgados. Aunque en teoría los servicios de salud de Cataluña ofrecen cirugías, la realidad es que las listas de espera son tan largas que, al final, nadie se opera. Algo ilegal está ocurriendo ahí, y la única persona que puede ayudarte con ello es un juez. Es desagradable, pero a veces no queda más remedio que hacerlo de esa forma.
Si estás en Madrid, todo depende. Si has tenido la suerte de caerle bien al equipo de la UTIG, muy pronto estarás en el quirófano. Si no, las listas de espera se alargarán y no te operarás nunca. Algo ilegal está ocurriendo ahí, y si estas sufriendo las consecuencias de ello, la única persona que puede ayudarte es un juez. Busca a María Jesús Lastra, que te ayudará con mucho gusto en esta batalla, y huye a toda velocidad de la PIHAT, cuya única función consiste, precisamente, en frenar las reclamaciones de los usuarios de la UTIG.
Si estás en cualquier otra Comunidad Autónoma y te quieres operar, empieza a pedir que te envíen a cirugía lo antes posible, porque si no lo haces y esperas a que sea el endocrino el que se le ocurra, es posible que a tu endocrino no se le ocurra nunca, o que deje pasar cinco largos años antes de enviarte a Málaga.
La tendencia de todas las Comunidades Autónomas es enviarte a Málaga. Sin embargo, todas las Comunidades Autónomas disponen actualmente de cirujanos que pueden realizar estas cirugías. Si estás satisfecho con ir a Málaga, está bien, pero asegúrate de que tu médico no te envía a la UTIG, que ya no existe para los andaluces, pero que continúa enviando a los de fuera de Andalucía a evaluación con la endocrina y puede que con la psicológica con la psicóloga, como si acabases de empezar. Asegúrate de que te envía a la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Carlos Haya.
Esto también es válido para aquellas personas que viven en Andalucía y se encuentran con que su endocrino, o su UAPT, no sabe qué hacer con ellos. Lo que es más, según la Ley de Transexualidad de Andalucía, deberías poder ir al cirujano sin haber pasado antes por el endocrino o por el psicólogo, así que si tu endocrino se pone tonto, vete a tu médico de cabecera y pídele que te haga un volante para cirugía plástica en el Carlos Haya. Así, tal cual.
Otra opción, si no quieres ir a Málaga, es pedir a tu médico que te envíe a la unidad de cirugía que se encarga de las cirugías genitales a personas intersex. Las hay. Si nadie sabe nada, intenta ver a un urólogo infantil, que posiblemente sí que conozca de qué va la movida.
La opción de acudir a los juzgados a exigir tu derecho a una atención sanitaria digna e igual a la del resto de la población, va a estar siempre abierta.
* Vía 2: por lo privado.
Es lo más rápido, pero no al alcance de todos. Mucha gente, la mayoría, acaba optando por esta opción, incluso haciendo un gran sacrificio de toda su familia, debido a todas las dificultades que supone intentar acceder a las cirugías por la seguridad social.
En mi lista de médicos trans, encontrarás algunas direcciones y teléfonos de cirujanos privados. Otra opción, es irte al extranjero (Thailandia es el destino preferido para las chicas trans que buscan una cirugía de reconstrucción genital, mientras que Serbia es el que mejor resultado da en las cirugías genitales de los hombres trans).
En el terreno del acceso a las cirugías, todavía queda mucho por hacer.
Ahora, sólo te queda ponerte a ello
¿Complicado? Sí, bastante. Pero ahora que tienes un mapa del camino, todo será mucho más sencillo. Si vas planificando paso por paso, etapa por etapa, en cuestión de menos de un año puedes estar hormonándote, y con tu DNI en orden, por 400€, o incluso con todo cubierto por la seguridad social.
Conseguir todo eso (diagnóstico, hormonas, DNI) a mí me costó casi cuatro años, un gran sufrimiento, mucho estrés, y, a pesar de ir por la seguridad social, posiblemente gasté los mismos 400€ en gasolina para los desplazamientos a la UTIG de Málaga.
El camino desde la situación de no saber cómo empezar a vivir tu vida, a recibir reconocimiento como la mujer o el hombre que realmente eres, y a tener el cuerpo que deseas no es fácil. Pero puede ser mucho más sencillo para ti de lo que ha sido para otros.
Lo cierto es que los cambios nunca fueron fáciles. Alcanzar tus metas, conseguir grandes logros, no es sencillo. No te voy a decir que va a ser un camino de rosas, pero sí te puedo asegurar que puede ser un viaje apasionante, y que pocas cosas hay tan enriquecedoras como proponerte un objetivo y conseguirlo.
Especialmente cuando el objetivo es ser tú mismo. Tomar las riendas de tu vida.
No te agobies. Todos los caminos empiezan con un primer paso, incluidos los grandes viajes. Desde aquí hasta el final de tu viaje, sólo tienes que preocuparte de una cosa: el siguiente paso. Lo que venga después, lo veremos después.
Tu camino empieza aquí, y empieza ahora. Es el momento de dar el primer paso: pide cita con tu médico de familia y pídele que te envíe a salud mental. Lo demás, ya vendrá luego.
Aprovecho para decirte que la lista de médicos está en constante crecimiento. Si has ido a algún médico que no se encuentre en la lista, te agradecería mucho que me escribieses para contarme si te ha ido bien, o si te ha ido mal, y que me dieses sus datos. Toda la información que te estoy dando viene, en gran medida, de pequeños trocitos de información que me han dado otras personas ¡Ahora es tu momento de hacer tu aporte a la comunidad y de conseguir que tu experiencia ayude a otras personas, igual que la experiencia de otros te ha ayudado a ti! No importa que sea por la seguridad social, o por lo privado, si es psicólogo, endocrino, ginecólogo, o médico de familia. Si has acudido a cualquier profesional de la salud por un tema relacionado con la transexualidad ¡Escríbeme en los comentarios o por e-mail y cuéntame cómo te fue!
Ahora, dime ¿qué te preocupa? ¿Qué dificultades has encontrado? Pon tu comentario aquí, o lee los comentarios de los demás. No estés solx nunca más. Bienvenida o bienvenido a la tribu, porque nosotrxs estaremos aquí para ayudarte.
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