¡¡¡Ay!!! ¡¡¡Ouch!!!

Antes de nada, aviso: Arguez, Encarni, y la señorita que vive en el poblado, no leáis esta entrada, que no va por vosotros. El día 31, cuando iba a coger el autobús, llovía a cántaros. Llevaba la maleta en una mano, la mochila a la espalda, y un paraguas en la otra, y...