Cada nuevo verano es igual: me encuentro con gente con la que tengo muy poco contacto. Algunos todavía «no se han acostumbrado» a verme como hombre. Otros, ni siquiera lo sabían.
Me digo que hay que tener paciencia. Que no lo hacen con mala intención. Que es normal que se sorprendan, porque seguramente creen que soy la única persona transexual que conocen (muy probablemente conocen más, sólo que no lo saben).
Nunca, o muy rara vez, me encuentro con un mal trato. Al contrario, lo que encuentro es mucho cariño, y también esfuerzo por comprender. Nadie me hace preguntas ofensivas, o comentarios inoportunos (al menos no me los hacen en la mayoría de los casos). Es, simplemente, que me siento retroceder, una vez más, de vuelta a la casilla de salida.
1º) Tener que explicar que soy trans. O, peor, tener que explicar quien soy, en el caso de los amigos virtuales. «Sí, nosotros ya nos conocíamos, sólo que entonces yo usaba otro nick…». La explicación me parece inevitable, incluso necesaria. No se me ocurre forma de evitarla, si es que quiero relacionarme con esas personas de manera «normal», aunque sólo sea durante los 15 minutos que puede durar un intercambio de impresiones en unas jornadas de rol. No es culpa de nadie, no se me ocurre una forma mejor de hacerlo. Pero explicar que soy trans nunca me ha resultado agradable, en parte porque todavía no existen en Español palabras para hacerlo y mantener mi dignidad intacta. Además, llevo tres años haciéndolo, y, la verdad, cansa. Una cosa es que, si sale a cuento por algún motivo (que sale a cuento con gran frecuencia, puesto que la transexualidad es un factor relevante en mi experiencia) lo comente, y otra muy distinta es «hola, soy transexual. ¿Que te parece el nuevo manual de Aquelarre?». Y mientras todo el mundo habla del nuevo manual de Aquelarre, me doy cuenta de que muchas miradas, y muchos pensamientos, están centrados en mi «cambio de sexo».
2º) Dejar a la gente con la impresión de que he cambiado de sexo. No he cambiado de sexo. Ni de género, por si alguien está pensando que existe alguna diferencia entre una cosa y la otra. Si en algún momento viví como mujer, no fue por deseo propio, sino porque fuí obligado a ello. En la actualidad todavía hay quien pretende obligarme a ello, como mis padres, algunos parientes, ciertos trabajadores de instituciones públicas, o el propio Estado español, por absurdo que parezca a estas alturas de la película. Sin embargo, en nuestra sociedad la visión predominante sobre la transexualidad es esa: gente que se cambia de sexo. De hecho, la palabra transexual viene a decir eso: que va de un sexo a otro. Desarmar ese pensamiento lleva muchas horas, mucho tiempo de conversación. Ser blanco de ese pensamiento es muy molesto para mí, pues significa obligarme a ser mujer de manera retroactiva. Es decir: «vale, te acepto como hombre, pero antes no lo eras». De alguna manera mi yo presente siente que se violenta o se agrede a mi yo pasado. Pero si me encuentro con alguien a quien hacía mucho que no veía, lo cierto es que no tengo ganas de contarle mis intimidades, o mis reflexiones profundas, sobretodo porque no sé si van a ser bienvenidas o no, y generalmente, la ocasión tampoco suele ser propicia. No veo como mejorar esto.
3º) El efecto de reto a la heterosexualidad. El reto a la heterosexualidad es una entrada que llevo tiempo postponiendo. Será la próxima que escriba. En resumen, mi identidad hace que algunos hombres se sientan menos heterosexuales. Eso me toca mucho las narices, especialmente cuando me miran directamente a las tetas con cara de: «¿Donde están? ¡No están! ¡Pero si antes estaban! ¡Con lo grandes que eran! No puede ser, voy a mirar otra vez. ¿Donde están? ¡No están! ¡Pero si antes estaban! ¡Con lo grandes que eran! No puede ser, voy a mirar otra vez.» A diferencia de todo lo escrito anteriormente, esto sí que se merece ser tenido en cuenta, y creo que está justificado que me moleste. Si necesitas que yo sea una mujer con las tetas gordas para sentirte un hombre, es tu problema, no mío. Págate un psicoanalista, o los servicios de un trabajador sexual. De hecho tal vez lo segundo te resulte más útil y placentero que lo primero.
En fin, que entiendo que la gente se sorprenda, pero yo estoy hasta las narices. Entiendo que debo ser paciente y tolerante, e incluso didáctico (aunque poner a las personas trans en el brete de tener que dar explicaciones, me parece injusto. Como si todos nosotros tuviesemos la obligación de ser expertos en psicología, psiquiatría, socilogía y sexología. ¿Puede algún heterosexual explicar la heterosexualidad? Porque yo hasta ahora no he encontrado a ninguno que me haya dado respuestas satisfactorias sobre si mismo…). Pero creo que también tengo que decir que para ellos son 5, 10 o 15 minutos, incluso tal vez un par de horas, en que deben convivir con la extraordinaria y desestabilizante situación de compartir espacio con una persona transexual, mientras que yo ya llevo 3 años teniendo que vivir de manera más o menos habitual la experiencia de compartir espacio con personas sorprendidas y desestabilizadas.
Y cansa. Cansa pensar que como soy un bicho raro, debo tolerar que la gente se sorprenda. Cansa soportar la sorpresa, cuando esta ocurre… una vez, y otra vez, y otra vez… y no sabes hasta cuando seguirá ocurriendo.
La única solución que veo es dar más información, y más educación. La visibilidad es, al mismo tiempo, problema y solución. Si yo hubiese cambiado por completo de ambiente, no sería visible, y no provocaría sorpresa en nadie. Si todas las personas trans se hiciesen visibles, sería algo tan normal que ya no le sorprendería a nadie. ¡¡¡Al menos no sería tan anormal!!!
En fin, queda el consuelo de que la sociedad de verdad está cambiando, y para mejor. Hay que continuar teniendo paciencia, e intentado que la sensación casi constante de ser un insecto bajo una lupa no me afecte demasiado.
Animo Pablo, que ya falta poc pa k acabe en verano (yo lo odio, salvo porque anochece más tarde). Entiendo que debe ser un rollo esa fase, pero llegará el día en que ya este todo kixki enterau y puedas vivir tu yo sin dar explicaciones, o al menos no más de las que debemos dar todxs, a veces por obligación y otras por considerar que la otra persona se lo merece.
Yo cada día tengo más claro que sexo y género no son lo mismo, al igual que la orientación sexual es independiente de ambos… así de complicada y variada es nuestra sexualidad, y que divertido es vivir esa riqueza sin paranoias y represiones, pero que dificil poder hacerlo en esta sociedad. De verdad está cambiando? si supongo pero parece un limaco! paciencia es la madre de la ciencia dicen… no se yo si valgo pa este oficio…
Por cierto tengo anigos bitxologos muy majos e, les encanta la lupa, jajjajajajajja
«reto a la heterosexualidad » ui me has puesto la miel en los labios… controlas la técnica de marketing si, en el siguiente capítulo… jajjajajajja
Disfruta de lo que queda de verano, y no te agobies, si no te apetece dar explicaciones di que tu faceta de educador está de bakatas!
Yo cada vez tengo más claro que el sexo es una consecuencia del género. Hemos agrupado una serie de características físicas, les hemos puesto de nombre «hembra», «macho», «mujer» u «hombre», y nos hemos autoconvencido de que inevitablemente aparecen todas juntas y tienen ciertas consecuencias. Pero lo cierto es que todas esas variables se combinan de muchísimas formas distintas (al menos, 1027 posibilidades), incluso sin la intervención humana. No importa, las clasificaremos igualmente en dos, o, como mucho, en tres: hombre, mujer e intersex.
Dar dos nombres, tres, cinco, doce, o mil veintisiete es un acto cultural, luego la visión que tenemos del sexo como biológico (es decir, natural) también viene definida por nuestra cultura… dentro de la matriz del género. No sé si me explico…
A ver, Pablo. Varias cosas te comento:
1. La vida no es justa. A ti te ha tocado vivir esa circunstancia y la reacción de la gente es inevitable que sea de extrañeza y de sorpresa, porque resulta poco común (aunque sea más común de lo que pensamos), difícil de comprender y, como tú mismo has dicho, se trata de una cuestión que tiende muchas trampas terminológicas; pues el vocabulario existente para hablar de ello perjudica más que ayuda a esclarecer lo que quieres explicar. Ya lo hablamos hace poco. De hecho, te diré más, a la postre la gente puede empatizar contigo pero, en un sentido profundo, no lo va a entender, porque es una de esas experiencias que no se entienden hasta que no se pasan y, si nunca se pasan, no se llegan a entender jamás. No te estreses en vano. Total, es más importante la empatía que el entendimiento absoluto de los matices del asunto. Tú mismo dices que te encuentras con cariño y ganas de comprender ¡eso es estupendo!
2. Tienes la gran suerte de estar muy formado, por tanto, en condiciones de explicarte de un modo que quizás otros trans no puedan. Al fin y al cabo, tú has dado conferencias sobre el asunto. Peor sería que te vieras en el compromiso de hacer pedagogía y no supieras cómo. Considera, aunque sea agotador, que haces un servicio cada vez que explicas para que la sociedad vaya cambiando un poquito.
3. Siempre tienes la opción, si te pilla sin ganas de explicar, de ir repartiendo el enlace a tu blog. Aquí hay mucho material de lectura al respecto y, de paso, te haces propaganda, aunque los bloggers vivamos en el dilema ese de propaganda VS sinceridad.
4. También tengo mucho interés en leer lo de la «amenaza a la heterosexualidad». Cómo te sabes hacer el interesante, pecador de la pradera.
Un abrazo.
PD. Si estoy semiausente es por feria; ahora es cuando a la gente le da por quedar XD
1. El problema no es mi circunstancia, si no la circunstancia de los demás. Ya intento no estresarme en vano, porque no beneficia a nadie… ¡¡¡Pero no es tan fácil!!!
2. Te respondo al mismo tiempo que a Isabel.
3. La verdad es que siempre me ha dado vergüenza hacer propaganda de mi blog… especialmente a mis amigos. No sabes el trabajo que me costó enlazarlo a mi propio perfil de Wordpress y a Facebook… ¡Es que soy demasiado tímido!
4. En breve ^_____^
No te preocupes por la semiausencia, esta semana estoy intentando empezar a regular mis horarios de cara a septiembre, que empezaré a trabajar a jornada completa (uy, que bien suena decir eso je, je, je) y tendré menos tiempo para todo.
Hola Pablo:
Soy Isabel, la que entraba en el carajillo de vez en cuando. Me dío la dirección de tu blog Ángela, con la amenaza de que si no entraba me iba a enterar…, así que no me queda más remedio que comentar.
Bueno fuera de bromas participo porque me interesa el tema.
Verás, a mi me pasa un poco lo que a tí, me aburre estar explicando que es lo que me pasa y porque realizo cambios en mi vida que, el interlocutor (cada día lo sabe más gente), ni siquiera pudiera imaginarse ni en el más remoto de sus sueños. Además de algo que ocurre desde que tengo uso de razón. Por ello, yo creo que las personas que más capacidad tienen para explicar lo que le pasa a una persona intergénero, o trans, somos las propias personas que lo sufrimos pues nuestra experiencia en el caso abarca casi, si no toda, nuestra vida. Y aunque es un tema que a nosotrxs nos pueda aburrir, no sólo por la explicación en sí, o por el número de explicaciones que llevamos dadas al mundo mundial, ni por el hecho mismo de haber convivido con este proceso desde que teníamos uso de razón (esto hay que matizarlo, pues cuando se esto se dice la gente piensa que son recuerdos más o menos aislados, o sensaciones puntuales, pero no es así, es un recuerdo y una sensación contínua y uniforme, que aunque la vida la aleje por momentos de distracción, que puedan ser necesarios – dado que aunque una sea trans debe seguir viviendo- persisten, se asocian a la propia vida, y finalmente resultan ser una característica que define mi personalidad y mi forma de ser), al final lo cierto es que debe ser un DEBER.
Y ¿porqué?, en primer lugar porque debemos luchar contra es estereotipo de lo que las personas tienen en su cabeza de lo que es un transexual, persona intergénero o cualquier otra manifestación similar, y en segundo lugar porque, cualquier persona que se interese por el tema sincera y honestamente se merece una explicación, mejor, o peor la que sepamos darle. Luego si al final, como dice Vengatrix, no lo llega a entender, no será porque nadie lo intentó. Ten en cuenta, como tu mismo has dicho que probablemente seas la única persona de estas características que conoce, y si encima es así no la vamos a tratar mal ¿no?, o poco bien, a ver si luego, se crean otro estereotipo sobre nosotrxs y nos cuelgan el sanbenito de «bordes» jajajajajaja
Besos, Isabel
¡¡¡Hola Isabel!!! ¡¡¡Que alegría verte!!! Me alegra mucho retomar el contacto. Aprovecho para comentar que me gustaría ver si es posible reanimar el carajillo para invitar a gente nueva…
Siempre me he tomado lo de explicar la transexualidad como un deber moral, en parte porque el desconocimiento lleva a la intolerancia, y en parte porque sé que la mejor manera de romper estereotipos negativos impulsados por los medios de comunicación y por las diversas religiones es con mi propia presencia y mis propios argumentos. Como me recuerda Vengatriz yo PUEDO hacerlo, y es necesario que lo haga por quienes no pueden, incluso más que por mí. Sin embargo, de ahí a autoimponernos a todos la obligación de explicarnos va un trecho, puesto que muchas personas trans no tienen las herramientas, la capacidad, o la posibilidad de dar explicaciones, y no me parece justo, ni correcto, que se nos transmita el mensaje de «eres diferente a mí, explícame por qué». Creo que al mismo tiempo que tenemos el deber de explicarnos, deberíamos poder reservarnos el derecho de no hacerlo. Es asumir que la pregunta «¿Qué funciona mal para que exista una persona transexual?» es una pregunta irrelevante, que no necesita ser formulada, ni explicada.
En cualquier caso, mi opinión, y mi explicación es muy sencilla: La causa de la transexualidad, es la heterosexualidad. Y aunque esté mal autocitarse…
http://generofluido.wordpress.com/2011/01/16/la-causa-de-la-transexualidad/
Es decir, explicar la transexualidad, todavía es necesario, por los motivos que has dado. Pero hay que hacerlo desde el punto de vista de que no deberíamos tener que hacerlo. Por segunda vez en las respuestas de hoy, tengo que decir que no sé si me explico…
Por aclamación popular, te toca explicarnos «el reto a la heterosexualidad», ¡pero ya!!
Creo que te refieres a la «heteronormatividad», porque a los heterosexuales les resulta muy fácil explicar lo que son: «sólo me gustan las tías (o los tíos)», ¿no?…
Sexo-género, entendido como lo que «nos habita» como dijo alguien…y «expresión de género», como los «aditamentos, indumentajes, vestiduras, afeites…» relacionados, en cada espacio-tiempo concreto, hacia los demás… también es una diferenciación terminológica importante, si no queremos liarnos del todo, creo yo…
Y de lo que dices del verano, y la vuelta a ver gente, y a dar explicaciones…, me da en la nariz que seguramente el año que viene ya no será necesario, y que apenas te quedará gente que no lo sepa, ¿me equivoco mucho?…
Nada puedo decir para aconsejarte en comunicación cara a cara con los demás, porque yo soy una especialista en lo contrario, y dicho en plata, no tengo ni repajolera idea…
Pues no van por ahí los tiros del reto a la heterosexualidad. Más bien está referido a la percepción que otros tienen de si mismos… en base a como se relacionan con los demás. Es el yo soy yo, y mis circunstancias, aplicado a la orientación sexual.
Me parece muy acertada tu distinción de sexogénero y expresión de género… y aún así, incluso la diferenciación entre ambas cosas es difusa. Los conjuntos y clasificaciones humanas parecen tender siempre a ser difusos en la realidad, aunque a un nivel abstracto nos empeñemos en intentar diferenciarlos de forma radical y binaria. Necesitamos esa lógica diferenciadora para entender el mundo, pero no podemos perder de vista que la realidad no es radical, ni se guarda en cajoncitos.
Ojalá el año que viene ya no tenga que dar explicaciones… pero eso esperaba ya para el verano pasado, y ya ves… ¡¡¡Es increible la cantidad de conocidos que he ido acumulando a lo largo de mi vida!!! Y yo que me tengo por una persona más bien solitaria…
Ya sé que me salgo del tema pero… ¿a que contar cuántos conocidos tenemos es un reto? Una se da cuenta cuando se le joroba Internet o cuando ocurre una catástrofe con el teléfono móvil. En fin, me alegro un montón de que puedas currar más, supongo que eso implica más pelas para la buchaca, pero también me va a dar penica que estés más ilocalizable. No obstante, al menos según mi experiencia personal, la gente cuanto más ocupada está, paradójicamente, más cosas extra hace (y viceversa).
Un abrazo