El grupo Conjuntos Difusos no se adscribe a ningún partido político, desde la creencia de que todo movimiento social debe ser y permanecer independiente del poder, tanto en sus actos como en su gestión, respondiendo tan sólo a los objetivos que le son propios. Ni órdenes, ni subvenciones, ni ambiciones.
Cuando se inició la difusión del Manifiesto, comenzaron a surgir polémicas a nuestro alrededor y, entre otras cosas, se decía que nuestra acción podría servir como excusa para que el PP cerrase la U»T»IG de Madrid. Se trataba de inmovilizarnos y acallarnos, agitando el hábito de la represión que las personas transexuales sufrimos habitualmente para fomentar el miedo. Se trataba de echar sal en las heridas abiertas por nuestros enemigos, para volvernos sumisxs utilizando uno de los mayores temores de toda persona transexual: no poder seguir adelante en su transición.
Hoy hemos visto, con estupor, que estas insinuaciones se han convertido en un rumor. Se rumorea que, para cerrar la UIG de Madrid, el PP nos utiiliza. . Entendemos que se trata de un intento de anular a las voces del activismo independiente, que lleva a que no haya más referente entre las personas trans que las voces del poder, que pretende erigirse como el salvador, el mesías de la comunidad transexual, el que sabe nuestro bien, el único portavoz legítimo de las necesidades y reivindicaciones de todxs nosotrxs, y la única vía para nuestra salvación, que debe consistir en obedecer, jamás en discutir.
Esto nos lleva a temer con asombro que las mismas personas que nos criticaron, ahora, viendo que no nos venimos abajo, e inquietas por su hegemonía política, nos calumnien y traten de poner en tela de juicio nuestras intenciones. No obstante, no tenemos prueba alguna, ni, por tanto, persona u organización a la que pedir responsabilidad por estos rumores vertidos sobre nosotrxs, por lo que agradeceríamos, a quien las haya expuesto como crítica (legítima) que confirme su amistad denunciándolas como calumnias (ilegítimas).
Luchamos por la autonomía y dignidad de las personas transexuales, y la erradicación de la Experiencia de la Vida Real, que no es sino una flagrante violación de nuestros derechos fundamentales y humanos. Siempre daremos, como transexuales, la mano a las personas transexuales. Sin embargo, no podremos callarnos cuando las discusiones se conviertan en agresiones.
Pues aunque se me escapan las razones de estas difamaciones, y aunque a simple vista puedan parecer burdas («o me obedeces o eres del PP»), parecen bien pensadas para ser muy efectivas. Ante los más sectarios directamente te marcan como «enemigo» (y ya encontrarán motivos para atacarte), ante los más inocentes te acusan de intereses ocultos (aliado del PP), y para los más débiles alimentan sus temores más arraigados (te quitarán la UTIG). Y todo eso, ¿para conseguir qué? ¿Por qué no mantener las cosas en el campo del diálogo y de la confrontación de ideas y argumentos? Sinceramente todo esto me sorprende.
Hola, me sabe mal que el miedo institucional pueda llevar a estas reacciones y sobre todo por el miedo de perder pueda despreciar a otras libertades pueden entender que muchas prefieren pasar por enfermas mentales, para luego después de algunas operaciones pasar por la invisibilidad sin tener un futuro en el aspecto social afectivo condicionado por ser una persona enferma mental que es otro estima de exclusión social, mi valoración es seguir luchando por los derechos de las personas.
Gina
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Gina. Muchas gracias por tu comentario.