Ayer un amigo (con el que siempre es un gusto hablar, y que antes leía por aquí, aunque no sé si lo sigue haciendo) me comentaba que los hombres y las mujeres utilizamos el cerebro de distinta forma, y que esto es así desde la infancia. Por este motivo, los niños y las niñas tienen sistemas de aprendizaje distintos, hasta el punto en que está empezando a surgir la idea de que sería conveniente darles clase por separado hasta los 15 años, edad en que se reunirían en aulas mixtas. Este sistema está empezando a aplicarse en algunos paises del norte de Europa.
Ya dice mi padre que hoy en día los psicólogos han substituido a los curas… ¡Cuanta razón tiene! Imagino que tan sólo a un cura o a un psicólogo se le puede ocurrir algo que destila tanta beatería. Por los cuatro costados.
Como siempre la idea es «proteger a las niñas de los niños». Los niños tienen más dificultades para concentrarse y son más alborotadores. Las niñas son más tranquilas y si se las aleja de los niños, su rendimiento puede ser más alto. Es un buen argumento, pero no se han roto mucho la cabeza pensando. Mis abuelos y mis padres ya iban a colegios segregados por sexo para proteger a las niñas, que son más delicadas, y que podían excitar, sin querer, los bajos instintos de los niños. Por el bien de todos, de ellas y de ellos, era mejor mantenerles separados.
La separación por sexos en las escuelas ya se probó, y no dio muy buenos resultados. Pero claro, en aquella época la segregación estaba orquestada por las autoridades espirituales. Si la organizan los psicólogos, que, como diría una amiga mía, son la divina papaya, ya es otra cosa.
No hace falta que explique que si la segregación por sexos se realiza para utilizar diferentes metodologías según tengamos alumnos o alumnas, el resultado es un diseño curricular distinto para niños y niñas. Mira, igual que en la época de mi abuela. Ellas y ellos aprenden cosas distintas, de manera distinta, acorde con lo que es más adecuado según las diferentes naturalezas… digoooo… según las diferentes características neurológicas y psicoevolutivas de hombres y mujeres.
Tal vez en los currículums de psicología deberían incluir asignaturas de historia.
Eso sin contar con otros factores, como el hecho de que la segregación en las aulas aumentaría las dificultades para relacionarse entre niños y niñas de la misma edad. ¿Cómo convencer a esos niños y niñas, que han sido educados por separado porque «sus formas de aprender son diferentes» de que al llegar a la edad adulta están capacitados para realizar los mismos tipos de trabajo? Claro que, teniendo en cuenta los diseños curriculares diferentes, elaborados por psicólogos y piscopedagagos que nunca han dado clase en un aula de escuela o instituto, refrendados por políticos incompetentes y desarrollados por maestros y profesores de los cuales el 25% están quemados, el 70% son tan incompetentes como los políticos que elaboraron los currículums y los procesos de selección y sólo el 5% se preocupan de hacer bien su trabajo, al llegar el momento de la «reunificación sexual» todas las niñas estarían ya encaminadas a desarrollar destrezas femeninas y a ser futuras maestras, enfermeras o secretarias, mientras que todos los niños se habrían encaminado a desarrollar destrezas masculinas, que los llevarían a ser ingenieros, médicos o directivos de empresa.
No, no me parece que la segregación por sexo sea una buena política educativa, ni aunque lo diga algún San Psicólogo avalado por trescientos estudios incuestionables sobre lo diferentes que son los procesos cognitivos de niños y niñas en función de su estructura neurológica, inamovible e inmodificable (también podría cuestionar los métodos con que se realizan estos estudios, y como sus resultados estan lejos de ser imparciales).
Pero, obviando todas estas cuestiones, hay otra que está por encima de todas ellas. Y es que la segregación sexual parte del presupuesto de que sólo hay hombres y mujeres, y además se les puede reconocer a simple vista por la forma de sus genitales, desde el momento del nacimiento. Cosa que, como todos sabemos es falsa.
Para empezar, hay un alto porcentage de personas intersexuales (entre un 1% y un 2% de la población) en cuyos cuerpos hay características sexuales de ambos sexos, cuyo desarrollo cognitivo es totalmente diferente del de los hombres o mujeres no intersexuales, y que, en algunos casos, no presentan ambigüedad genital. O sea que un bebé podría ser intersex y descubrirse solamente con el paso de los años, o incluso no descubrirse nunca. En un colegio que tuviese mil alumnos, un grupo de 10 estaría asignado dentro de un aula que no sería la suya.
Luego estamos las personas trans. ¿Se puede saber si alguien es hombre o mujer sólo mirándole los genitales? Mi experiencia es que no. Colocar a un niño en el grupo de las niñas sólo porque parece una niña, o a una niña en el grupo de los niños por el mismo motivo es equivalente a convertir su infancia en un infierno. Si encima le pones un uniforme con faldita o pantalón, según toque, entonces apaga y vámonos.
El binarismo en las aulas es una de las principales causas de fracaso escolar entre las personas trans. Conozco a un chico (trans) que no aprendió a leer ni escribir porque tenía que ir al colegio con uniforme de niña, y ante tal requisito, decidió no ir. Se escapaba y se pasaba el día escondido en el campo, hasta que era la hora de volver a casa. Una amiga tiene recuerdos aterradores de su colegio de niños y cuenta que deseaba ir al colegio de niñas, lo que le condujo a odiar su propio cuerpo, especialmente sus genitales, porque era consciente de que era a causa de dichos genitales que estaba obligada a permanecer en el colegio de niños. Para los que hemos ido a colegios mixtos, creo que la cosa ha sido más fácil, aunque la presión recibida por parte de nuestros compañeros y compañeras tampoco convirtió la experiencia escolar en un camino de rosas. Los mismos maestros y profesores tratan de manera distinta a niños y niñas, y esperan cosas diferentes de ellas que de ellos (claro, son humanos y viven dentro de la misma sociedad que todos los demás). Algunos resistimos y terminamos la educación básica, la intermedia, e incluso llegamos a la universidad. Otros se quedaron por el camino porque no soportaban ir a la escuela.
Un ejemplo se vio claramente en un reality show que dieron en Antena 3 el año pasado. Se llamaba curso del 69 (y era una mierda, sólo aguanté el primer episodio). Entre los alumno había un chico que, si no era una trans femenina, se le parecía mucho: pelo largo, maquillaje, andares cimbreantes… el primer día le quisieron cortar el pelo. O se cortaba el pelo, o dejaba el programa… decidió dejar el programa. Seguramente la gran mayoría de las chicas que participaban en el reality habrían tomado la misma decisión, pero a ellas sólo las obligaron a hacerse trenzas. Probablemente ese chico se habría quedado si le hubiesen permitido hacerse trenzas… pero así es el mundo de la segregación sexual. Cada cual tiene que hacer lo que se espera que haga, quiera o no.
Dicho esto hay estudios que apuntan a que el cerebro de las mujeres transexuales y el de los hombres gays es muy similar al de las mujeres hetero, y viceversa con los hombres trans y las mujeres lesbianas. Creo que los que hicieron ese estudio no se toparon con un hombre trans gay o con una mujer trans lesbiana, o tal vez sí lo hicieron, se hicieron la picha un lío, y descartaron los resultados. Supongo que ni se les pasó por la cabeza estudiar a personas intersex. Eso ya sería para nota.
Alguien podría argumentar que ningún sistema cubre todas las posibilidades y variantes, y siempre tiene que quedarse alguien fuera. «Mala suerte, te jodes por raro.» Es un argumento totalmente inaceptable. En un estado de derecho, un sistema que deje fuera o incluso ejerza violencia (porque obligar a un niño trans a ir a una clase de niñas es una agresión psicológica brutal) sobre un colectivo determinado, es inaceptable.
Mi propuesta para mejorar el sistema educativo español pasaría por… bueno, mejor no lo digo, sería demasiado políticamente incorrecto, y, entre otras cosas, no quiero que Cesar Coll me denuncie por amenzas. Básicamente sería desarmar el sistema pieza a pieza, y volver a armarlo desde el principio. Claro que yo, al igual que la gran mayoría de psicólogos y psicopedagogos, nunca he dado clase en un aula de escuela o instituto.
Tu comentario es espléndido, tanto en la forma, en tu lenguaje tan fluido, como en el fondo.
Merecería ser publicado en cualquier periódico de primera línea, de papel o digital, y me alegro de que podamos leerlo en tu blog.
(Aunque lo invalida, para los terrenos de lo políticamente correcto, tu escepticismo frente al santoral de la Psicología y la Psicopedagogía, ciencias eminentemente inexactas, pero cuyos practicantes tienden a hablar con tanta seguridad como si fueran las Matemáticas)
En cuanto al fondo, me ha admirado cómo lo argumentas con paciencia y orden lógico y basándote en nuestra experiencia humana, la de tantas personas que no ajustamos con el modelo teórico binario, que falla tanto, y para quienes el binario es una opresión.
¿O es que vamos a estar de acuerdo en que el modelo escolar sea, por principio, opresivo para una minoría?
No comprendo que pueda haber quien quiera que haya comunidades humanas formadas por un solo «sexo teórico», cuando sales a la calle, y ves que la realidad es tan diferente.
¿No tenemos que aprender a vivir en la realidad?
En ésta, complejísima, lo primero que hay que enseñar es que no hay dos y sólo dos, no hay binarismo, palabra que todos debemos seguir usando como sinónimo de peligro para muchos. Y después, fomentar los curricula o itinerarios personalizados (como Ciencias o Letras o Arte o Ingeniería u Otracosa) abiertos a cualquier alumno y siempre un tronco común donde todos se reencuentren, como humanos.
Ese tronco común me enseñaron una vez unas alumnas de un cursillo voluntario en qué debía consistir: cuentas y escribir. O sea, Matemáticas y Lengua y Literatura.
¿Tendremos que ser los y las trans los verdaderos expertos para la reforma escolar?
Kim
Querido Pablo:
(Creo que ya te he dicho que me encanta el nuevo diseño de tu blog, pero no está de más repetirlo)
Estoy de acuerdo con Kim (¡para variar!) con la «esplendidez» de tu comentario, y con la mayoría de los argumentos e ideas que desarrollas.
Los años de educación primaria y secundaria no son una mera adquisición de conocimientos y destrezas, sino el principal medio de socialización de los futuros ciudadanos, y aquí las supuestas ventajas psicopedagógicas de una discriminación por sexos (para el mero aprendizaje) son muy inferiores a las ventajas, para la formación integral, de la convivencia en igualdad, de todos entre todos.
Eso creo que es tan evidente que la noticia de la vuelta a la segregación, simplemente, repugna a la inteligencia. Me suena a pensamiento «tontolaba» anglosajón, empeñados los protestantes en ser más papistas que el Papa.
En cuanto a las personas trans o variantes de género, está claro que mientras el binarismo sea la norma social, lo vamos a seguir pasando igual de mal al enfrentarnos por primera vez (al entrar al cole) a «lo que la sociedad exige de nosotr@s», pero si no hay segregación sexual en las aulas (ni falditas ni cortes de pelo obligatorios) la tragedia personal y los traumas a los que casi ningun@ escapamos, seguiran siendo más llevaderos que antaño. Todavía queda mucho por cambiar en las mentalidades, pero la tan denostada «educación para la ciudadanía», podría ser considerada un buen comienzo, en la buena dirección (ya veremos en lo que queda).
Muchos besos!!
bueno, curioso el tema, en fin, yo soy profesor de primaria, he dado clases tanto a niños de 3 a 6 años, como de 10… ala, ya lo he dicho…
teneis razon, la educacion separada por sexos es una mierda.
los psicologos obvian estudios de niñas que tienen tan desarrollado su vision espacial como sus compañeros masculinos, por poner un ejemplo, cualidad que a priori los psicologos solo se lo atribuyen al cerebro masculino. y asi sucesivamente… dicho lo cual , si hay que separar se deberia hacer por caracterisiticas y potenciales similares. pero entonces no se aprenderia en la escuela cosas tan basicas como ayudar al que sabe menos, o saber que hay de todo en el mundo.
no os engañeis, las aulas solo son un reflejo de la sociedad donde se dan. si los profesores y alumnos son tan discriminativos es porque asi lo han aprendido en su vida, con sus padres y familias. se deberia educar en la diversidad, en que nadie es raro y menos por sus pintas o su forma de pensar. pero los niños vienen aleccionados de casa. es mas cuestion de educar a la sociedad.
yo con gusto seria profesor de una escuala para niños y niñas trans, para que pudieran ir tranquilos a clase, pero deberia haber niños y niñas que no lo fueran, y niños y niñas intersexuales, que hubiera de todo para poder educar en la diversdad y mejor… total, que al final lo suyo es que la sociedad no obvie a nadie, y eduque deacuerdo a la diversidad que existe.
en fin, debo decir en mi defensa que yo trate por igual a niños y niñas. no tuve ningun caso en el que me pudiera ver reflejado en mi niñez. pero vi mucha discriminacion hacia los niños hiperactivos y los que eran mas lentos, los profesores directamente se niegan a darles clase. es vergonzoso. eso en mi epoca no existia, unos eramos rapidos, otros eramos lentos, pero todos dabamos lo mismo y juntos.
la sociedad se ha inventado gracias a los psicologos nuevas formas de discriminar y de apartar.
queda mucho por hacer…
pd: siento liarme tanto…
«Discrepación»1:
Me temo que a día de hoy es «a los niños a los que hay que proteger de las niñas».
No es bueno tirar por elevación siempre. Cuando alguien estornuda y le responden «Jesús» en vez de «María» no tiene que ser forzosamente homófobo.
Lo ideal es que chicos y chicas estudien juntos. Pero lo ideal también es que rindan y no rinden una mierda. No hay más que ver las series televisivas que abotargan y obligan a engullir a tragapavo a estas mentes desérticas, donde convierten la escuela, el colegio, en redes sociales no virtuales donde el follamigo, el pagafantas, el tonteo y el compadreo relega a la materia educativa a la papelera esa que siempre ponen a un lado de la pizarra. La gente adolescente – de España, supongo que en más de un sitio – no sabe distinguir ya una cosa de la otra, no sabe trazar líneas gruesas que delimiten el «mírame» del aprende, que estás aquí para eso. Es una medida mala, quirúrjica, necesaria. No lo tengo tan claro. Luego nos lamentamos de que los de Oxford, Cambridge y esos castillitos tan anacrónicos de uniforme victoriano sean lo que siempre se lo lleven calentito.
2ª «Dsicrepación» (toros)
Se trata de una cuestión de ética, de filosofía y de prioridades. Depende de lo que para uno entienda su papel en este mundo. Si la tarea del ser humano en este mundo es la de evitar el sufrimiento de los animales, si la tara del ser humano en este mundo es evitar el sufrimiento de los seres humanos, o si la tarea del ser humano en este mundo es buscar el placer y la felicidad. Si mi tarea es esta última, creéme que los toros andan en mi ránkin en el puesto 17 o 18 – pobrecitos míos-.
No todo se debe subir a la cresta de la ola de lo way y d elo «in». Los animales son animales. No tengo vocación de Noé: yo sufro ante una injusticia de un maltrato de género, sufro ante la muerte de alguien querido, sufro por el dolor de un amigo, sufro por el hambre de un somalí, sufro por un homosexual en Pakistán, sufro por unviejo abandonado en verano, sufro por un enfermo terminal… mientras los toros pastan en la dehesa, ajenos a esta mierda de sentir el dolor y hacerlo concepto y ser consciente de ello. Yo me lo llevo a casa, los toros se lo dejan en la plaza. ¿Qué es el dolor? Ningún toro me ha sabido responder. Intentar comprender a un animal es el primer paso para empezar a no entender a las mujeres y a los hombres. ¿Qué no sería capaz de hacer un cafre carpetovetónico reaccionario de las cavernas si llegase a la conclusión que somos lo mismo que un toro? El ser humano es la excelencia de este universo injusto.
PD.- Hoy me toca de abogado del diablo. Expuesto todo ello con sumo respeto y la máxima delicadeza que he podido y esperando no herir ninguna sensibilidad, tan respetable como la mía. Si ha sido así, pido perdón de antemano.
Un abrazo, amigo Pablo.
Llevamos años sufriendo las teorías de los psicopedagogos que dicen que lo importante no es que el niño aprenda, sino que no se traumatice… y ahora de repente quieren segregar por sexo para que aprendan más, aunque sea un retroceso en sus habilidades sociales… ¿hablamos de los mismos psicopedagogos? Es que si son los mismos, esto es para premio.
En cualquier caso, coincido con todo lo que tan bien expones. No hay ni una coma que me parezca fuera de sitio.
Creo que no soy muy partidarios de que ciertos temas se traten en la escuela. Creo que mi mujer y yo somos los encargados de que hacer lo posible porque nuestros hijos sean buenas personas. Ciertas cosas se explican con el ejemplo, no como tema de un curriculum. Me estoy refiriendo a querer cambiar la sociedad desde las escuelas… me parece una aberración y un abuso de poder. Los niños no son propiedad de sus padres, pero mucho menos del «estado».
Lo mejor de todo el asunto es que, aun suponiendo que realmente las conclusiones de los estudios fuesen certeras e irrebatibles, se estaría hablando de pura estadística y de unos condicionantes por sexo que son mucho más irrelevantes que las particularidades de cada persona.
Es decir, si realmente se creen lo que están diciendo, lo único útil sería hacer un estudio de los alumnos y dividirlos en grupos similares. Atendiendo a características de cada uno, no a las habilidades que supuestamente deban tener por pertenecer a un sexo u otro.
Todo ello en el caso de que tenga lógica alguna, porque dudo mucho que esas supuestas diferencias sean más significativas a la hora de aprender que la valía del profesor, la elección correcta del método de aprendizaje o la simple forma de ser del alumno en cuestión.
Un saludo.
* Yo no disfruto viendo sufrir a los toros, por eso no me gustan.
* Quiero a los animales precisamente porque no me paro a entenderles… nunca lo lograría.
* Es de una hipocresía farisaica utilizar el dolor – inexistente como concepto humano – de animales irracionales para engañar a gente hipesensible y ganar su voto.
* La educación es aburrida, quien diga lo contrario es un demagogo, con mezcladito o sin mezcladito. Ese es el error: la circo-educación.
* El resto de argumentos los comparto y serían igual de aplicables a clases unisex o plurisex.
* Pensaba que los internados de Cambridge y Oxford eran mixtos… Si ahora comparten los dormitorios es un gran paso para Inglaterra.
Disculparme de antebrazo me suena a «peineta», Pablo… Dios me libre…
Es un poco peñazo que todos opinemos igual, de lo que me autocrongratulo discrepar. Hay blogs monocordes tan aburridos como clases llenas de maromos, sin un tanguita del que calcular su hipotenusa, pero no me va la salmodia.
«no» eran mixtos…
salmodia: Se caracteriza por su estructura literaria paralela, el mensaje que se quiere transmitir se repite con diferentes palabras o se alterna con la idea yuxtapuesta.
Los versos de los salmos suelen cantarse alternándose con un texto recitado con una melodía libre y sencilla, interpretada por la asamblea o el coro, la antífona o las respuestas en los responsos.
Prefiero enriquecerme con tus matices. Sinceramente.
Chao.
No esperaba menos.
Perfecto.
🙂
Holaaa,soy psicologa y ante todo decir que no estoy de acuerdo.con la segregación por sexos. De hecho,no hay estudios q avalen definitivamente que es mejor para su educación mantener niños y niñas separados.Recordemos q la educación es integral y por tanto no es posible educar sin socializar ni educar pretendiendo apartar al alumnado de otra parte del alumnado como si una clase no fuera una representación de la sociedad en la que vivimo,sino un laboratorio de ratas.
Por tanto, dejo esa opinión para los curas,pues ni toda la comunidad científica ni todos los psicologos estamos de acuerdo con esto y oh!casualidad!los acuerdos con la segregación suelen relacionarse con los colegios católicos
¡Hola Irene!
Perdona que haya tardado en aprobar el comentario, es que como no haga las cosas justo en el momento en que las veo… Yo estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista. El colegio es el primer ámbito en el que los seres humanos aprendemos a relacionarnos unos con otros, y en el mundo los hombres y las mujeres no estamos separadxs. Supongo que en realidad a los que incentivan esta forma de pensar les gustaría que hubiese una mayor segregación social por sexos: mujeres a la casa y al mercado(na), hombres al trabajo y al bar, y para eso sería muy conveniente tenerlos separadxs desde pequeñxs, para que crean que la segregación por género es algo natural.