Hace ya bastante tiempo que no escribo sobre los cambios que me voy viendo. Lo cierto es que cambiar de ambiente de forma tan radical me sirve para estar menos pendiente de mis propios cambios. También ayuda el hecho de que en la casa hay un solo espejo, no es de cuerpo entero, y no se ve muy bien. La manera que tengo de “automirarme” es hacerme fotos, o reflejarme en el cristal de un escaparate.

Llevo ya tres meses y siete días de hormonación, lo que es muy poco. Cuando empecé a hormonarme pensé que los cambios empezarían a ser visibles a partir de los seis meses o así, pero ya en las primeras semanas los notaba, y ahora, de repente, parece que me está entrando la prisa.

La cara me ha cambiado un poco, se me ha ensanchado la mandíbula y creo que los pómulos los tengo menos redondeados. A veces me veo en el espejo y empiezo a preguntarme quién es el niño que me mira desde el otro lado. Es una sensación agradable.

El 98% de la gente me identifica atomáticamente como hombre (la “identificación automática” es una de las cosas que más me interesan) desde hace unas tres semanas, aunque a medida que me va creciendo el pelo ese porcentaje se reduce. ¡Que importantes son las formas de vestir, de arreglarse y de moverse! Antes pensaba que eso hacía la mitad del trabajo, pero desde que estoy aquí y convivo con chicos trans que no se hormonan pero son inconfundiblemente masculinos (quizá exceptuando la voz, aunque cuando te acostumbras a ellos, también sus voces te suenan masculinas) me he dado cuenta que puedes hacerte a ti mismo a base de fuerza de voluntad.

También es verdad que eso de la no hormonación ni operación tiene su reverso negativo, pero de ello escribiré en otra entrada.

Al grabarme en video y compararlo con el primer video que hice, creo que estoy más ancho de hombros, aunque de eso sí que no estoy seguro porque es el tipo de cambio sutil que sólo notas si te observas con atención y frecuencia, como hacía yo antes. Para eso necesitaría un espejo.

Tengo la sensación de que la ropa me queda mejor y el cinturón empieza a hacerse necesario para que no se me caigan los pantalones, aunque creo que eso también está relacionado con que me parece que estoy adelgazando un poco. Una vez más, no estoy seguro de si estoy adelgazando o no, puesto que no me puedo mirar, y las fotos no sirven para ver esas cosas.

Sí que me está saliendo más vello en el cuerpo. En la barriga sobretodo, pero también en el pecho, en la cara interior de los brazos, en el dorso de la mano (ahí sólo desde la semana pasada), en las falanges… y el que ya tenía se está haciendo más fuerte y más espeso. Vamos, que estoy empezando a coger complejo de Chewaka.

Algunos compañeros de la casa opinan que eso del aumento del vello corporal es un efecto positivo, pero a mí no me acaba de gustar demasiado. Para mí es un efecto indeseado, pero ¿qué se le va a hacer?

Pensé que la voz había dejado de cambiarme, pero al comparar la última grabación que me he hecho con la penúltima, noto una ligera variación. Así que vamos sin prisa, pero sin pausa, igual que con el tema de la barba (no quiero pelos en el cuerpo, pero sí en la cara, soy así de rarito). En este punto es donde me entra la prisa y empiezo a pensar que los cambios van demasiado despacio, aunque supongo que en realidad no es que vayan más lentos que antes, sino que, como ya se ha pasado la novedad y ahora es sólo “continuar con lo que ya había empezado”, me impresiona menos.

Echo un poco de menos no poder compartir estos cambios con mis amigos de España, y no darles la brasa enseñándoles cada pelito nuevo que me ha salido, pero por otra parte me gusta poder enseñárselos a los de la Casa Trans, quienes sí que entienden los sentimientos que me produce ir viendo esos cambios. Lo bueno de estar aquí es que no me siento “extraterrestre”.