Hoy hace justo una semana desde que empecé con las hormonas, e, increiblemente, ya noto algunos cambios visibles.

Lo cierto es que venía notando cosillas, como el pequeño malestar, que me duró un día y ya se me ha pasado, o un ligera subida de la líbido, ambas cosas perfectamente achacables a la autosugestión. También me pareció verme un pelo nuevo en la barbilla, pero no me pareció muy probable, sino más bien, que quizá no lo hubiese notado hasta ahora (total, como ya tengo unos cuantos de esos), y un ligero cambio en algún otro sitio. Todo ello más probablemente producto de mi imaginación que otra cosa, porque en tan poco tiempo, poco se puede haber notado ¿no?

O eso pensaba yo hasta que hoy, cuando me duchaba, me fijado en que me han salido un montón de pelos en el pecho, y he alucinado en colores. No es que fuese un pelito o dos más, algo que pudiese achacar a mis ganas de ver cosas donde no las hay, no… nada de eso… Eran unos cuantos pelos, y además, largos como de 3 ó 4 centímetros (¿como narices les ha dado tiempo de crecer tanto en sólo 7 días?).

En cuanto me he dado cuenta, lo primero ha sido anunciarlo y mostrarlo a la persona que tenía más cerca (por suerte, alguien con quien tenía suficiente confianza), que ha coroborado que, efectivamente, no son imaginaciones mías, aunque si hubiese dicho lo contrario, le habría recomendado que se comprase unas gafas, porque vamos… no es que sea una mata de pelo, pero unos cuantos sí que hay. En realidad, unos 10 ó 12 pelitos. Puede que no parezca mucho, aunque se ha de tener en cuenta que la semana pasada no estaban ahí, de modo que es bastante impresionante.

No hace falta que diga que estoy contento como un niño con zapatos nuevos. Se lo he contado a todo el que ha hablado conmigo, y cada vez que me acuerdo se me pone una sonrisilla boba. Tanta emoción por un puñado de pelos, sobretodo teniendo en cuenta que los pelos no son precisamente lo más estético del mundo, y que mucha gente se somete a torturas depilatorias con tal de quitárselos… Me imagino que, visto desde fuera, debe dar la sensación de que soy un poco bobo, pero a mí me da igual.