Cuando cumplí 19 años, decidí no sumarme ni uno más, ya que no me apetecia cambiar el 1 por un 2. Ahora, 11 más tarde, me tocaría entrar en la treintena, pero creo que no… que volveré a cumplir 19 otra vez.
Hoy mi estado de ánimo no es tan bueno como debería. Estos días tengo una visita en casa que, sin pretenderlo, me está haciendo pensar muchas cosas. En el mes de febrero tuve la sensación de que ya había tocado fondo, y que ya tan solo podía ir a mejor, entonces las cosas empezaron a mejorar. Ahora vuelvo a hacer repaso, y pienso que ya tengo mucho, y, sin embargo, ninguno de los proyectos que inicié el año pasado por estas fechas se ha materializado. Su desarrollo ha ido dilatándose en el tiempo de manera absurda, de forma que, aunque estoy agotado, no he conseguido realmente nada de lo propuesto.
Son cosas que no dependen de mí. La oposición se ha ido retrasando, hasta que finalmente va a ser tres meses más tarde de lo previsto, y las listas de aprobados, sabe Dios cuando saldrán. Pero, seamos sinceros… sé que si hubiese sido cuando debía, habría tenido muchas menos posibilidades de aprobar. La psicóloga también me ha ido dando largas. En la primera entrevista me dijo que estaríamos listos para junio-julio. Ahora ya estamos mirando para el 28 de octubre, y eso con mucha suerte. Intentar llevar a cabo mis planes es como tratar de alcanzar el horizonte subido a un velero. Siempre se va alejando.
Por otra parte, la visita de mi amiga está abriendo cierta cicatrices que yo creía cerradas. ¿Por qué me siento solo si estoy con ella? Es una persona que se protege tras unas murallas de piedra muy altas y gruesas, rodeadas de un foso lleno de pirañas y caimanes, con el puente levadizo siempre subido, y el rastrillo echado. A veces me deja pasar y lo que encuentro es una ciudad que me gusta bastante, aunque faltan tabernas y sobran guardias que patrullan constantemente para que se mantenga el orden en ese mundo interior.
Otras veces se me pide amablemente que haga el favor de marcharme, y entonces, la única comunicación que recibo de ella es… a través del Facebook. ¡A través del facebook! ¿Os lo podéis creer? Sentada cerca de mi, en silencio, mirando su movil o su pequeño ordenador, me deja crípticos mensajes en Facebook que no sé como interpretar.
He intentado derribar esas murrallas, pero no soy una persona que dedique mucho tiempo a la ingeniería. Las catapultas y los lanzapiedras no están a mi alcance. La natación se me da bien, pero no entre pirañas y cocodrilos, y la escalada no es mi fuerte.
Al final me estoy cansando de tanto esfuerzo. Quiero ser su amigo, no un caballero medieval planeando un asedio. Lo peor de todo, como quiero ser su amigo, tengo que explicarle estas cosas y no sé como hacerlo sin que le duela.
Por otra parte, temo llegar a convertirme en alguien así. Alguien a quién le han hecho tanto daño que va siembre con el escudo y la armadura puesta para evitar sufrir más. Así no le duele, pero tampoco puede recibir besos y caricias.
Como casi siempre, al final la respuesta la tienen mis amigos. Les cuento mis veinte mil planes de «en caso de que las cosas salgan mal» y me dicen que, para empezar, las cosas no van a salir mal, pero que, si saliesen, no me preocupe, que valgo lo suficiente como para terminar encontrando a alguien que esté dispuesto a darme un trabajo decente, y no la mierda a la que estoy acostumbrado.
Por otra parte, veo que en cada pequeño proyecto en que me meto, se agradece y aprecia mi colaboración. Me doy cuenta de que, cuando se me permite llevar mis esfuerzos hacia el final, sin postergaciones, consigo hacer cosas bonitas, cosas que quizá a otros no se les ocurrieron, o que no habrían quedado tan bien si yo no hubiese participado.
Así que, no tengo otra opcción que volver a mirar las cosas de forma positiva. Resulta que sí que estoy aprendiendo a vivir de otra forma, y en el albor de la treintena, veo también el final de algunos túneles. La oposición, dentro de un més y dos días. La posibilidad de levantar la voz y que se escuche lo que quiero decir. Tal vez de empezar a cambiar cosas que deben ser cambiadas. Me he cambiado a mi mismo lo suficiente como para sentirme bien en mi propio yo y mi propia vida, así que Trinidad y sus estúpidos protocolos cada vez tienen un menor poder sobre mí (no digo que ya no me importe si me dan permiso o no para hormonarme ¿eh?).
Por más que a veces me empeñe en ver las cosas negras, la verdad es que tan negras no están. Digamos que grisecillas, igual que para todo el mundo. ¿Quién no tiene problemas?
Así que me voy a celebrar lo que queda de día de cumpleaños. Ya seguiré arreglando el mundo en general, y la próxima década en particular, mañana o pasado.
Si no te gusta cumplir y/o celbrarlo, se te respetara tu decision.
Personalmente, esta noche me tomare una copita de algo a tu salud y te deseare que cumplas muchos mas.
Besotes
Sí que lo celebro, sí que lo celebro… Salí con Astrid y con la de las murallas a tomar algo, y el viernes pasado ya lo celebré con anticipación.
Cualquier excusa es buena para tomarse un carajillo ¿no?
Queridísimo Pablo:
¡¡¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES!!! Eres un tío tan «cojonudo» que te dejamos que cumplas los que tú quieras!
¡¡Así que eres Virgo (de signo zodiacal, claro), como una servidora!!!
Pues te voy a decir algo que te va ayudar a sacar fuerzas de flaqueza (¡eso espero!)…
Según la astrología, los virgo estamos finalizando un tránsito de Saturno por nuestro signo, de 2,5 años de duración, que finalizará a finales de octubre. Saturno implica muchos inconvenientes y trabas, retrasos y «puñeterías» mil, pero también es el planeta que te cambia la vida para bien, si sabes como canalizar su influencia. Es decir, que es como un viejo maestro, que te obliga a esforzarte al máximo, y no te deja nada fácil, pero que al recordarlo tras un tiempo, te llena la gratitud por sus enseñanzas….
Aguanta!!, que ya solo queda hasta finales de octubre, y luego nos sentiremos renacidos (y hasta dentro de 29 años no volveremos a tener a saturno en nuestro signo)…
Un beso muy fuerte!
Ángela.
Es una pena que no crea en esa cosas, peeeeero… como decía un libro que leí en mi infancia «De profesión fantasma», si hay que creer en las supersticiones, que sea solo en las buenas.
Es curioso que el ciclo sea cada 29 años, significaría que justo cuando nací yo acaba de terminar. A ver si es verdad y luego las cosas se hacen más fáciles.
Hola Pablo!
Felicidades, lo primero. En cuanto a lo de tu amiga: apuesta por la sencillez. Hazle saber cómo te sientes. Seguro que ella misma se sorprende de esas cosas que te hace sentir. De los proyectos…Hazme caso: todo pasa a su debido tiempo.
Un abrazo
Paco
¡Felicidades, Pablo!
Buena descripción central de lo que comúnmente se llama… bueno, ponle nombre tú…
Brinda por/con mí, querido… 29.. ¡ay mi amol, quien los pillara!
Un abrazo.. o dos..
Hola Pablo,
supongo que tu amiga acabará más sola que la una, pues nadie tiene energías para intentar entrar en un castillo así de forma indefinida. No soy psicólogo, así que creo que cualquier acción que emprendas con buenas intenciones, estará bien.
Un mesecito solo… Eso se pasa volando, ya verás.
Comunicarse por Facebook en lugar de en persona… espero que te deje pasar a su mundo. Con un poco de suerte te abre la puerta.
Pues sí, todo el mundo tiene problemas, pero no todo el mundo sabe disfrutar de lo que tiene. Y aun así, todos tenemos «baches», aunque algunos no queramos que se nos note.
Un abrazo