Hace unos días comentaba con una amiga que había conocido en persona a una chica que participa en un foro en el que mi amiga y yo también participamos. Es decir, virtualmente, una conocida común.
– Me han dicho que es muy fea – respondió mi amiga.
– ¿Fea? – dije moviendo la cabeza con desconcierto -. No, no es fea para nada…
En ese momento recordé que, en realidad, la primera impresión que había tenido de ella era que tenia una cara rara. No se me ocurrió calificarla como «fea», pero… supongo que, objetivamente, cualquiera podría decir que lo era.
La primera impresión no me atrajo para nada. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo y fuimos hablando y rompiendo el hielo (y había mucho hielo que romper), me di cuenta de varias cosas.
Me di cuenta de que tiene el cuello largo, y la curva de la nuca se le dibuja delicadamente, hasta acabar en unos hombros finos y perfectos. Me di cuenta también de que, a pesar de ser muy alta, se movía con gracia y soltura. Y también de que cuando sonríe se le iluminan los ojos de una forma muy especial.
Dicen que la belleza está en el interior, aunque lo cierto es que esa expresión suena a «premio de consolación». Es un poco como «el que no se consuela es porque no quiere». Sin embargo, para mi es algo totalmente cierto.
Conozco chicos y chicas realmente guapos, pero que estaban vacíos por dentro (o, peor aún, estaban llenos de cualidades indeseables), y al cabo de unos minutos había dejado de percibir en ellos el más mínimo atractivo. Una expresión cruel en la mirada, unos rasgos que no dicen nada, el tono desagradable de la voz, o un porte jactancioso, han sido detalles que me han hecho cambiar de opinión sobre personas que, objetivamente, eran muy bellas.
El problema con la belleza interior es que la mayor parte de la gente parece ser miope en lo relativo a ella. Una pena.
Hola Pablo,
coincido por completo contigo. La «belleza» es muy injusta.
Hay gente que por sus gestos, sus ojos, su voz o lo que sea directamente le cae bien a la gente. Gracias a su atractivo consiguen mucho más de lo que merecen, y cuando los conoces de verdad te das cuenta de que están vacíos, de que no tienen principios, de que no valen la pena.
Los guapos circulan por la vida por autopista en un Ferrari, mientras los menos guapos van en bicicleta por un camino de tierra.
Lo gordo es que en cierta forma ser guapo hace ser feliz, mientras ser feo puede convertirte en un amargado. El alma, espejo de la cara, que no al revés.
Lo que llamas «belleza interior» son cualidades que buscamos en los amigos/as. A la hora de la verdad cuando de encontrar pareja se trata no se puede engañar a lo que se siente: o esa persona te atrae o no te atrae físicamente. Y si no te atrae, la belleza interior ni se considera. Es cruel e injusto, pero en mi opinión es así y así ha sido siempre.
Las mujeres sin embargo ven las cosas de otra manera. Simplificando: una buena cuenta bancaria puede suplir la belleza exterior. Es una simplificación, pero es real como la vida misma: los hombres valoramos mucho el aspecto, mientras ellas valoran mucho la seguridad que les da el dinero de la pareja. Creo recordar que así lo recogía el libro «La supervivencia de los más guapos» de Nancy Etcoff, pero en cualquier caso es lo que se vé en el día a día.
Un abrazo
Una vez leí que la belleza no está en el objeto, sino en el sujeto.
La belleza interior sólo se muestra a otro interior.
Un saludo
Me parece increible que aún puedan existir personas como la que ha publicado el primer comentario… yo soy mujer y no estoy con mi chica porque tenga una cuenta bancaria rebosante, sino por quién es, por la bellísima persona que es. Creo que tienes un serio problema de autoestima.
Las mujeres nos fijamos más en los detalles, pero no en los detalles materiales, sino en los personales. Cómo mira la persona que te gusta, cómo se expresa, se mueve, la confianza que te inspira, la complicidad. Amigo mío, puedo decir que no conoces nada a las mujeres.
En cuanto al post, y para no entrar en la absurda y eterna batalla hombre versus mujer, estoy muy de acuerdo contigo. La belleza, la que te cala, con la que al final te quedas, es la interior. En cuanto a la exterior, también los detalles pueden, y lo son, muy bellos, tal y como describes. A mí no me engancha que una chica sea una supermodel, si está vacía, pues sí, muy guapa, pero ya está.
Bueno, siento si he entrado en polémica, pero es que me enervan los comentarios así. Ante el desconocimiento, mejor la boca cerrada.
En el campo de la generalización, a mi me parece que Dicy no va nada descaminado. La abundancia de parejas «torero-tonadillera» ó «futbolista-modelo» avalan la teoría de que las mujeres prefieren el dinero y el poder a la belleza, y los hombres la belleza a la inteligencia.
Luego, cuando nos movemos de lo general a lo particular, y de lo simple a lo complejo, es cuando aparecen las otras cosas. Que nadie escoge a una persona como pareja tan sólo por una faceta de su personalidad, que es importante que los caracteres sean compatibles, que necesitamos que sea alguien a quién admiremos «por dentro», con quién nos sintamos bien.
Y que, en el fondo, todos necesitamos que nos quieran y nos correspondan, y tener calentito el corazón.
Hola,
releyendo mi comentario puede parecer que digo que todas, absolutamente todas, las mujeres se comportan de esa manera. No era mi intención decir eso, aunque alguien pueda interpretarlo así. Cada uno somos un mundo, y sería absurdo establecer una norma general de ese estilo.
En cualquier caso, si alguien no está de acuerdo con lo que digo, creo que puede expresar su opinión sin decir que le parece increíble que existan personas como yo. Pues sí, existo y no creo ser ningún monstruo. De hecho no lo soy, y si tengo un serio problema de autoestima debe ser por exceso.
«…studies show that men are far more easily aroused by visual stimuli, while womens fantasies deal more with men who will provide security and caring…». Extraído de un review a «What Women Want», de John Marshall Townsend.
Recomiendo la lectura de «Survival of the prettiest», de Nancy Etcoff, profesora de la Escuela de Medicina de Harvard. Supongo que tampoco ella tiene derecho a vivir, porque parece que alguien cree estar en posesión de la verdad absoluta.
Aniel, ¿qué te parece si te lo lees, te informas, y luego hablamos?
Un abrazo
Hola Pablo,
como viene a cuento del tema de tu post, dejo algo de «culturilla»…
Nancy Etcoff, «La supervivencia de los más guapos». Editorial Debate, página 87:
«Cuando la antropóloga Suzanne Frayser estudió las separaciones y divorcios en cuarenta y ocho culturas tradicionales descubrió que la incompatibilidad era una de las dos razones más aducidas tanto por hombres como por mujeres para justificar el fracaso de la relación. La otra razón importante para las mujeres era que el hombre no había logrado cumplir con sus responsabilidades económicas y domésticas. Para los hombres, la razón principal por la que abandonaban a su mujer eran los problemas de reproducción»
Página 88:
«Las asimetrías en los papeles que desempeñan los hombres y las mujeres en la reproducción y la dificultad de valorar si un hombre tiene los medios y el deseo de invertir en su descendencia hacen que los dos sexos sigan estrategias diferentes desde el principio a la hora del apareamiento. Los hombre reaccionan ante las fotografías de mujeres casi al instante y la valoración que hacen se parece extraordinariamente. Se centran más en el mero aspecto físico porque ofrece múltiples claves sobre la fertilidad y la salud de una mujer, sobre su capacidad para llevar hasta el final un embarazo y su capacidad para ser receptiva a un hombre en concreto. »
Página 90:
«El antropólogo John Marshall Townsend mostró a varias personas fotografías de hombres y mujeres, desde muy guapos a un atractivo por debajo de la media, y les dijo que que estaban preparándose para profesiones con unos ingresos bajos, medios o altos (camarero, profesor, médico). Les preguntó con qué persona les gustaría tomar café, salir, tener un encuentro sexual e incluso casarse. No puede sorprender que las mujeres prefiriesen al hombre más guapo con los mayores ingresos, pero por debajo de él, los médicos de aspecto corriente o incluso feos obtuvieron las mismas calificaciones que los profesores muy atractivos. La posición social se compensaba con la belleza. No se aplica el mismo criterio cuando los hombres evaluaban a las mujeres. Nadie prefería a las feas, independientemente de su posición social.»
En fin, es un tema interesante.
Un abrazo
Hola Pablo,
Ejemplo de ideas que lanza el libro de Etcoff, para comentarlas más abajo:
1) El atractivo físico es indicativo de fertilidad. Por ejemplo las mujeres con cintura de avispa está demostrado que son más fértiles. Por eso a los hombres les atraen esas mujeres, porque son más fértiles
2) Las mujeres no buscan tanto hombres atractivos, sino con capacidad para sostener a la descendencia. Les interesa la seguridad a largo plazo. Eso no quita que unos buenos pectorales… 🙂
Solo son ideas muy resumidas.
Y como tú dices, ¿qué pasa con los homosexuales, lesbianas y bisexuales?
En cuanto al tema de la belleza yo creo que prácticamente a todo el mundo nos parecen guapas las mismas personas. Con variaciones, excepciones, etc. pero existe la belleza externa objetiva, la que casi todo el mundo coincide en apreciar. Eso será igual para todos, independientemente de la orientación sexual. Al menos eso me parece, a falta de que alguien lo estudie en serio.
Otra cosa es el tema de qué valora, en general, un homosexual/lesbiana/bisexual en su pareja. ¿Qué proporción de atractivo físico, belleza interior o sensación de seguridad? No tengo ni idea. Es posible que igual que se generaliza sobre hombres y mujeres (heterosexuales) se tenga que hablar por separado de estos colectivos, por tener su propia idiosincrasia.
Mi opinión es que este tipo de libros constatan unas habilidades o tendencias de comportamiento «generales», y buscan explicaciones racionales para esos comportamientos, pero que dichas explicaciones no dejan de ser ganas de dar una bonita explicación a lo que posiblemente no se puede explicar.
Por ejemplo, las mujeres tienen un ángulo de visión mayor que los hombres, y son capaces de hacer varias tareas al mismo tiempo, cosa que los hombres, en general (y yo en particular), no podemos. Explicación de Etcoff: ella permanecía en la cueva vigilando, atenta a los peligros que venían de muchas direcciones, al tiempo que hacía otras cosas como cuidar a a las crías, mientras él cazaba, para lo que su vista y su cerebro se centraban exclusivamente en el animal a cazar. Una explicación bonita, pero no necesariamente cierta, a hechos constatados, que son que los hombres y mujeres no somos iguales.
Estudia, que tiempo tendrás para divertirte leyendo pasada la oposición.
Un abrazo
Sin dejar a un lado los estudios de Nancy Etcoff y otros que he leído sobre la belleza, coincido en que esta está en el ojo de quien la mira. Sin embargo, algo que siempre pregunto a quienes tocan el tema, es si podrían estar con una pareja que no les atrae físicamente. Estoy de acuerdo en que la belleza interior es importantísima, ya que ahí viven las cualidades y virtudes propias de cada quien, pero no podemos dejar de lado lo físico. Tenemos que empezar a aceptar que, independientemente de si creemos que hay un alma y un cuerpo y que si son la misma cosa o no, la realidad es que la cara que mostramos, la primera impresión, la manera en la que nos manejamos en el mundo y mil etcéteras, están representadas por el físico. Aceptemos pues que no nos podemos desligar de el y mucho menos menospreciarlo de esa manera, que son dos tipos de belleza distinta, por decirlo de algún modo. Hay gente que es bonita por fuera, hay quienes son bonitos por dentro, hay quienes tienen los dos, pero también hay quien no tiene ninguno.
Hola Alexa:
Lo primero es darte las gracias por tu respuesta. Es cierto, hay quien tiene belleza exterior e interior, sólo una de las dos, o ninguna. Personalmente las personas que no tienen belleza interior no me producen absolutamente ninguna atracción.
A tu pregunta de si podría estar con una pareja que no me atrae físicamente, yo creo que no… Lo que pasa es que cuando conozco a una persona que tiene belleza interior, acabo encontrando partes en su exterior que me resultan atractivas, igualmente, cuando conozco a una persona sin belleza interior, por muy gupa que sea exteriormente, termina resultándome repulsiva.
Como muestra, un botón: la chica en la que pensaba mientras escribía esta entrada y yo fuimos pareja durante algún tiempo, meses depués de dedicarle el texto. La cosa no funcionó porque nuestras personalidades resultaron bastante incompatibles.