Hoy, viendo un programa matinal mientras desayunaba (me ha costado levantarme un poco más de lo normal, porque no me encontraba muy bien, pero al final, con aspirinas y ajustando tiempos, he podido cumplir con lo que me había propuesto hacer), un periodista comentaba que los policías de Coslada, que al parecer ahora son santos varones que jamás han roto un plato, habían pedido el reigreso al cuerpo, y que el ayuntamiento guarda silencio porque «se avergüenza de tener contacto con los mismos policías a los que ha denunciado y enviado a la cárcel».

Supongo que ese señor desconoce que, cuando se abre un proceso contra un funcionario, se puede dictar suspensión provisional, durante un plazo máximo de… no recuerdo cuantos meses (debo repasar), prorrogables por orden judicial, y durante el cual los funcionarios cobran el sueldo base y el complemento familiar. Si finalmente la suspensión se hace definitiva, el funcionario debe devolver lo cobrado, y si no, se le paga la diferencia entre lo que cobró y lo que debería haber cobrado si no hubiese estado en situación de suspensión. Además, cuando una persona se dirige a la Administración para solicitar un derecho, existe la figura del «silencio administrativo», que viene a significar que, si no hay respuesta, se deniega la solicitud.

Imagino que explicar así las cosas, es demasiado pedir para un periodista.

Igualmente, el mismo periodista se retractaba de haber hecho carnaza, sin pruebas, de los policías detenidos en Coslada. Bueno… tampoco parecía muy arrepentido…

A parte de esta pequeña muestra del rigor informativo (será rigor mortis, digo yo) de los periodistas de nuestro pais, ahora quisiera poner un ejemplo de como NO se debe redactar una noticia:


EFE
BARCELONA
Los Mossos d’Esquadra han detenido en Barcelona a un hombre de 63 años que realizaba operaciones de estética sin la titulación médica ni sanitaria necesaria en su piso del barrio del Raval, en condiciones higiénicas «deplorables» y con material veterinario.

El detenido, Juan P. L., ha ingresado en prisión provisional por orden de un juez de guardia de Barcelona como presunto autor de un delito de intrusismo profesional y otro contra la salud pública, según ha informado hoy la policía catalana.

El acusado fue arrestado el pasado viernes, día 10, cuando iba a recibir en su domicilio barcelonés a una joven de 29 años que venía expresamente desde Madrid para someterse a una intervención de aumento de pecho. El domingo, día 12, estaba prevista la intervención de otra joven.

Tres perros, un gato y un loro

Según los Mossos, las condiciones higiénicas del domicilio en el que se realizaban estas operaciones eran «deplorables». En el piso, «pequeño y sucio», vivían tres perros, un gato y un loro, y no existía ninguna dependencia habilitada para realizar las intervenciones.

Además, el procedimiento que utilizaba el detenido podía generar importantes riesgos para la salud de las pacientes. Y es que, previa inyección de anestesia local, inyectaba en los pechos o en las nalgas una silicona líquida, no apta para usos inyectables, mediante pistolas veterinarias.

El hecho de que estas agujas fueran reutilizables y de que en el domicilio no hubiera ningún aparato esterilizador, implicaba asimismo un alto riesgo de infección y de transmisión de enfermedades contagiosas a las pacientes.

No hay registro de pacientes

Estas operaciones costaban entre 250 y 500 euros, un precio bajo en comparación con los tratamientos que ofrecen los profesionales acreditados, lo que comportaba que el detenido tuviera clientes de toda España, que se desplazaban expresamente a Barcelona para someterse a la operación.

No obstante, la policía no ha hallado ningún listado de personas intervenidas, ni facturas ni recibos que acrediten a cuántas mujeres operó fraudulentamente.

La investigación de los Mossos d’Esquadra se inició el pasado mes de febrero a raíz de una denuncia presentada por la dirección general de Recursos Sanitarios de la Conselleria de Salut de la Generalitat, en la que informaba de que en un piso de Barcelona podían estar realizándose operaciones de estética ilegales.

Fue un médico del País Vasco quien puso en conocimiento de Salut que un vecino de Barcelona había realizado una intervención de aumento de mama a una paciente suya mediante la inyección de un líquido coloidal. El único dato que se disponía de esta persona era un número de teléfono móvil de prepago, no asociado a ningún titular, lo que ha dificultado las investigaciones.

Resulta que el tal Juan P.L. de 63 años, es en realidad una mujer llamada «Marisol», transexual. En otros medios he oido referirse a ella como «el transexual», hasta tal punto que, tras haber oido la noticia repetidamente en distintos telediarios y leido en artículos de periódico (yo ni veo telediarios ni leo periódicos, de manera que ya se puede uno imaginar lo cansinos que se han puesto con la cosa), estaba bastante convencido de que la persona a la que se referían era en realidad un transexual masculino, es decir, de mujer a hombre.

Supongo que mostrar un poco de respeto utilizando el género adecuado es muuuuuuy dificil. Por eso, hace unos años, unas asociaciones escribieron un manual sobre como tratar a las personas transexuales en los medios. Este manual se ha perdido con el tiempo, como tantas otras cosas que hacen las asociaciones, pero uno de mis conocidos lo rescató para la ocasión, y aquí lo cuelgo, para quién quiera leerlo.

Personalmente, no estoy de acuerdo en todo lo que dice, pero es un buen punto de partida…