Estos días he conocido a una chica de 17 años, cuyo nombre no voy a poner, aunque ahora mismo somos muy pocos los que lo conocemos, pero que usa el nick de “Suki”. Durante esos 17 años ha vivido encerrada en un cuerpo que se le hace extraño, tratando de cumplir las expectativas que los demás han puesto sobre ella, con poco éxito.

Hace poco comenzó a buscar por internet información sobre la transexualidad, y, al igual que me ocurrió a mi en su momento, dió con el foro de Carla Antonelli. Y, a través del foro, con personas que viven en la capital de la provincia, entre ellas, yo.

Quedamos para vernos en persona tan sólo unas horas después de haberno conocido “vitualmente” a través de la red. No fui yo solo, si no que me acompañaron dos personas más, que también viven aquí.

Reconocernos no fue difícil.Las personas transexuales que comienzan su transición, tienen un cierto aspecto de desamparo, de fragilidad, de no saber exactamente si están en su sitio… Aunque vayan comletamente ataviados según su sexo biológico, la verdadera identidad de género se les derrama por las costuras de un disfraz que empieza a quedarles demasiado estrecho de forma tan evidente que no entiendo como los demás no se dan cuenta. ¿Cómo es que hace falta contarle a todo el mundo lo que nos ocurre? ¡Pero si es completamente visible!

Me ha gustado poder concer a Suki y tratar de darle algo de tranquilidad y apoyo. Ha podido encontrarse con tres personas en su misma situación, y cada uno de nosotros le ha explicado sus experiencias (creo que yo fuí el que más habló). Por primera vez ha escuchado su nombre en la boca de otra persona, y le han tratado como a una chica, con naturalidad. Ojalá alguno de nosotros hubiese estado en situación de decirle que la aventura acaba bien. pero lo cierto es que ninguno de nosotros nos encontramos mucho más lejos del principio que ella, así que lo único que hemos podido ofrecerle ha sido optimismo y compañía.

Iniciar la transición siendo tan joven me parece admirable. Yo he necesitado 29 años para reunir el valor y la madurez suficiente. Otras personas lo encuentran mucho antes. No es que sienta que mi tiempo ha sido tiempo perdido, pues he sido feliz, y he vivido y aprendido. Es sólo que admiro a los que lo tienen tan claro a esa edad tan temprana, igual que admiro a los que saben resolver integrales sin despeinarse.

Espero que estos días ella esté empezando a dormir mejor por las noches.