Ayer quedé con unos amigos para ir de tapas. A lo largo de toda la noche estuvimos hablando de un montón de cosas interesantes, como las hipotecas, las comisiones bancarias, maneras de celebrar una despedida de soltera, accidentes que pueden ocurrirle a alguien que practique bricolage sin tener ni puta idea, cómo mover un punto de luz en el salón, cómo engañar a la compañía suministradora de electricidad (Endesa), diferentes perfiles profesionales que pueden parecer atractivos a las empresas, etc.

Me sirvió para darme cuenta de lo aburrida y normal que ha vuelto a ser mi vida. Tras dos semanas enteras sin tener movidas con nadie, he entrado en una rutina de estudiar, trababajar, buscar empleo (para mejorar) y vuelta a empezar. O sea, lo mismo que hace todo el mundo.

¿No es maravilloso?